Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
DISTINGUIDOS INVITADOS:
Les confieso que me ha resultado difícil escribir estas palabras, no porque falten adjetivos ciertos y merecidos, sino porque al que van dirigidas es un maestro del Lenguaje. Pero lo esencial es el cuidado que debo tener para no herir su sensibilidad.
Cuando propusimos al Comité del Premio Cubadisco, que está constituido por especialistas de todas las artes, y esencialmente por músicos, otorgar este Premio de Honor, la reacción de aceptación fue unánime, e incluso de alegría… Era una deuda que teníamos.
Cuando meses atrás, con sano orgullo, le comuniqué la decisión del comité, me dijo con sincera humildad: “pero si yo no soy de la farándula, no soy de ese mundo”, y entonces le expliqué el principio de las bases y que es una distinción que se otorga “a personalidades cubanas o extranjeras y a instituciones que hayan hecho contribuciones excepcionales a la creación, promoción y a realizaciones de gran significación artística y cultural”. Solo me dijo: “gracias”.
Pero no me sentí satisfecho con mi explicación, y medité: “pero ¿cómo me puede decir eso si él es un hombre de todos los escenarios y mundos posibles”? Después recibí un correo donde me decía: “Estimado Ciro, muy honrado con esa designación que me comunicas. Trataré de corresponder a ella”.
Desde el primer momento me propuse que la entrega fuera en su “propia casa”, donde su obra se respirara y palpara en cualquier rincón: aquí estamos.
Su creación, en todos los ámbitos, es sencillamente colosal. Le ha dado vida a las piedras, olvidadas y casi muertas, piedras llenas de historia patriótica y cultural. Las ha hecho hablar.
Convirtió los museos en espacios vivos de la educación y la cultura y rescató oficios también olvidados.
No hay dudas de que tuvo que enfrentar incomprensiones y trabas, pero siempre tuvo el apoyo de aquel que dijo: “lo primero que hay que salvar es la cultura”.
Pienso que él es uno de los hombres que mejor ha interpretado siempre el pensamiento de Fidel. Es un ser humano de la pluralidad, pero ante todo de la lealtad.
Mientras otros podían sentarse a esperar asuntos de plantillas, procedimientos o absurdas regulaciones, creó agrupaciones musicales y de las artes escénicas, de altísimo nivel, y restauró los lugares donde harían sus ensayos y presentaciones, haciéndolos dueños de sus proyecciones artísticas.
Una de ellas, Ars Longa, dirigida por Teresita Paz, ha obtenido 7 premios Cubadisco, incluyendo el gran premio en el 2003, con el CD que rescata la obra de Esteban Salas unido a la profunda investigación de Miriam Escudero.
Recientemente se fundó el “Liceum Mozartiano”, que dirige el pianista y Director Artístico, Ulises Hernandez, ganador de 9 lauros en Cubadisco, incluyendo dos Grandes Premios y Premio al Productor Fonográfico No debe olvidarse tampoco, el espacio facilitado al Teatro Lírico Nacional y su resuelto apoyo a la restauración del Instituto Superior de Arte.
Creó un sello discográfico, “La Ceiba”, para recoger ese sonido que al decir de Leo Brouwer, se pierde en el mismo instante que se produce. Comprendió también la afirmación de Silvio Rodriguez, de que “para un músico una grabación es como garantizar la posteridad”, ha creado varias galerías y talleres para nuestros artistas de las artes plásticas y una emisora de radio, dirigida por la bella y talentosa Magda Resik, que cada día ensancha mas sus espacios para todos los temas y gustos, proyectos que se unen a la restauración de esta Basílica, como Templo Sagrado de la música, atendida por “la Gertraud”, promotora siempre amable y eficiente. Aquí donde se hace tangible la cultura del detalle, se le dio abrigo a la Camerata Romeu en momentos difíciles.
Es especialmente significativo el apoyo brindado a la restauración del Museo Nacional de la Música, incluso asignándole otro espacio para que no detuviera sus labores, el que con posterioridad le fue cedido al museo definitivamente, unido a la entrega de la casa natal del poeta Julián del Casal, para convertirla en la biblioteca y archivo de la música “Odilio Urfé”.
Sería interminable la lista de hechos relevantes y fundacionales.
Entonces no me equivoqué al pensar, y hoy afirmar, que es un hombre de todos los escenarios y de todos los mundos.
Si hay que señalar a un revolucionario, que ha hecho de la defensa de la identidad cubana un arma de combate y escudo de la nación, ese es él.
Aquí, en su entorno y fuera de el, es querido y apreciado por todos.
Se sienta con cualquier ciudadano a conversar y explicar razones. Convencido de sus ideas y sueños no rechaza el debate y la polémica, es mas, le gusta porque enseña y aprende.
Algo que admiro en él es su rechazo al “fachadismo”. Sabe que lo esencial esta en el contenido, sin dejar de tener en cuenta las formas.
Nos ha dicho y enseñado, que en el rescate patrimonial y la restauración hay una vocación de servir, sin elementos comercialistas. Esto no quiere decir que desconozca los fundamentos económicos de toda obra.
Nos ha demostrado que el poder está en la verdad y en todo lo ajeno a la rutina y la desidia, que son sinónimos de abandono, negligencia, descuido, indolencia y pereza. En todo caso su lema es: “a Dios rogando y con el mazo dando”.
Ha sabido enseñar, a los que lo rodean, a trabajar con amor. Se ha hecho acompañar de colaboradores que son muy fieles cuando todos hacen suya una idea. El ha sido un forjador de jóvenes y ha rescatado a los menos jóvenes.
Ha hecho del concepto moral, que es la colaboración y de la coordinación, una ciencia, una prédica cotidiana, aspectos que, desgraciadamente, muchos no tienen en cuenta.
Uno de los trabajos más bellos, realizados por él y sus compañeros, es con los niños. Ha convertido los museos en escuelas y el trabajo con los niños discapacitados es de alto encomio.
No es casual que ese extraordinario proyecto de “La Colmenita”, el cual fundó y dirige otro excepcional ser humano, que convierte en realidades todos sus sueños: Tin Cremata, tenga su sede principal en esta Habana Vieja, aupado y protegido por él.
Este es un momento que atesoré para mí. Desde la otra Habana, que ya también es vieja, lo admiré y estaba convencido de que algún día le manifestaría mi admiración: hoy es ese día.
Reciba pues, querido maestro, en nombre del Instituto Cubano de la Música, de los músicos cubanos, de mis compañeros y compañeras de Cubadisco, este humilde pero sincero Premio de Honor.
Recíbalo también en nombre de los niños, a los cuales fue dedicado este Cubadisco 2009 y que son, como aseguró nuestro Apóstol, la esperanza del mundo, de ese mundo que junto a Haydee Santamaría y Alfredo Guevara, usted es también, Eusebio Leal Espengler, un fundador.
Muchas gracias
Ciro Benemelis
11-Noviembre-2009
Basílica Menor San Francisco de Asís
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