Restaurar las piedras, defender la historia

octubre 4, 2016

Por: Eydi Sanamé Flores /  Fotos: Alexis Rodríguez

leal 0 (Medium)

“Aquí comenzó todo”, sentenció el Historiador de la Ciudad Eusebio Leal Spengler esta mañana, justo antes de develar la placa de bronce que perpetúa la legislación mediante la cual la Oficina del Historiador adquirió personalidad jurídica propia, y que a partir de hoy el transeúnte observará en la fachada del Museo de la Ciudad, en la Plaza de Armas.
El Decreto Ley No. 143 del 30 de octubre de 1993, suscrito por el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, declaró al Centro Histórico como “Zona priorizada para la conservación” y concedió a la Oficina del Historiador autonomía para ejecutar su restauración, una decisión fundamental en ese momento, pues, de este modo, se le permitió a la Oficina implementar una gestión autofinanciada e integral.

colaboradores (Medium)
“La ampliación y restauración del Centro Histórico demanda de una atención priorizada, y es menester para el cumplimiento de estos fines, la ampliación del marco de autoridad de la Oficina del Historiador de la Ciudad y el fortalecimiento de su condición de institución cultural con personalidad jurídica propia, dándole jerarquía adecuada, con el objeto, entre otros, de permitirle la obtención de recursos financieros”, se lee en uno de los párrafos de la placa.
Desde la firma del Decreto hasta la fecha, la Oficina del Historiador ha ejecutado la restauración de más de 4 000 edificaciones todas de valor patrimonial y ha empleado más del 60% de sus ingresos en proyectos sociales, una labor prestigiada por más de 18 premios y reconocimientos internacionales como la mención honorífica de la Unesco “Ciudades por la paz” (2000-2001), el premio Reina Sofía (2007), el premio europeo de arquitectura Philippe Rottier, para la reconstrucción de la ciudad (2001), y más recientemente el premio de la popularidad mundial, al ser elegida La Habana entre las Siete Ciudades Maravilla del mundo moderno.

leal 1 (Medium)
Según enunció Leal, se han construido “hogares maternos, centro de salud mental, centro de niños discapacitados; construimos los primeros consultorios de la familia; levantamos escuelas secundarias básicas, como la Quintín Banderas; hicimos modélica la escuela Ángela Landa, la escuela Vietnam Heroico. Nos ocupamos de los museos en los momentos más críticos, y siempre tendremos de nuestro lado a los más pobres, porque tenemos la obligación – que se está manifestando ahora en Oriente –, de la impresionante solidaridad de los cubanos”.
El otrora Palacio de los Capitanes Generales muestra una lápida de altísimo valor simbólico además. “Este es el prestigio que conquistaron sobre todo los compañeros nuestros que ya no están, y fueron una vanguardia compuesta por arquitectos, veladores, albañiles, maestros de oficios, guías, historiadores, arqueólogos… ¿Quién creía en aquel proyecto entonces? Nadie”, acotó el Historiador.
“Recuerdo que en un momento oportuno, el Museo de La Ciudad casi alcanzó el millón de visitantes, en un año. Entonces, se laboraba hasta las diez de la noche, y nosotros predicando, con el apoyo de los sindicatos, para que los trabajadores acudiesen a visitas dirigidas, a las que llegaban con la premura de tener que ir a recoger a los niños a los círculos infantiles, e ir a cumplir con los deberes de su hogar, pero aun así se sacrificaron”, evocó Leal.

develan tarja 2 (Medium)
Sin embargo, la celebrada restauración del Centro Histórico habanero enfrenta múltiples riesgos de cara al futuro, según advirtió su principal impulsor. “Por una serie de factores concurrentes, tenemos en el tema patrimonial una situación desfavorable: la estrategia de restauración del Palacio de los Capitanes Generales no ha traído al final el resultado que apetecíamos, igualmente están en una situación muy delicada la Casa Alejandro de Humboldt y la Casa de la Plata. Tenemos la gran deuda pendiente de encontrar soluciones y reabrir la casa del Mayor General Máximo Gómez, antes de que la ruina se apodere de ella. Nuestro oficio es luchar contra el tiempo”.
Por un lado, nuevas obras como el Emboque de Luz y el Paseo Marítimo embellecen el paseo citadino; por otro, la historia de siglos que ha convertido al Centro Histórico en Patrimonio Mundial de la Humanidad demanda todo el tiempo un trabajo coordinado entre las instituciones y sus responsables, de ahí el llamado del Historiador a trabajar aunadamente en este propósito.

develan tarja 1 (Medium)
“Hay que avanzar poniendo orden. Orden para que la bandera cubana, en nuestro territorio, mientras esté vigente la ley actual, no se convierta en un mantel, ni en un tapadero de vergüenza, ni en un par de zapatos. ¿Y ante esto, qué hacemos nosotros que tenemos la autoridad, que está en bronce, que consolida la parte esencial?”, enfatizó Leal.
En este contexto se coloca la placa de bronce en la edificación que resguarda también las banderas más célebres de la historia nacional, junto a la montura del General Máximo Gómez, el rifle del General Antonio Maceo, y la pequeña carpeta de cuero que traía José Martí el día de su muerte, entre cientos de piezas testimonio de los distintas períodos que ha vivido el país.

tarja en bronce (Medium)
La placa ya está ubicada en la fachada de un museo que preserva la memoria del historiador Emilio Roig de Leuchsenring, quien en 1938 fundó la Oficina del Historiador de la Ciudad.
“Quiero martillos clavando los adoquines. Quiero andamios levantándose y bajando. Quiero a las estatuas veneradas. Quiero a los jóvenes de la escuela taller como aprendices de historia, no sólo como aprendices de oficios. Quiero que nuestros guías sean los mejores explicando algo más que las piedras, la historia, y nuestra historia”, concluyó Leal.

CubaCulturaEusebio Leal SpenglerMuseo de la CiudadOficina del Historiador de La HabanaPatrimonio

Compartir

  • imagen
  • imagen
  • imagen
  • imagen
Historiador de la Ciudad de La Habana 2011
Desarrollado con: WordPress | RSS
Válido con: HTML | CSS