Por una enseñanza con fe en el mejoramiento humano

Por: Thays Roque Arce / Fotos: Misael Vázquez

La conferencia especial “El pensamiento martiano en la formación integral de los adolescentes cubanos en el siglo XXI”, impartida por el Doctor Eusebio Leal Spengler, resultó ser un cierre excepcional para el I Taller Internacional de Secundaria Básica.

El encuentro, que sesionó en el Palacio de las Convenciones de La Habana desde el pasado 19 de junio, contó con la participación de 208 delegados nacionales y foráneos, quienes bajo el lema “Por una Escuela Inclusiva” intercambiaron experiencias en torno a la consolidación de las buenas prácticas inclusivas en cualquier contexto y, especialmente, aplicadas en el desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Acompañado de la Ministra de Educación de la República de Cuba, Ena Elsa Velázquez, el Historiador de la Ciudad abordó el pensamiento, la obra y el espíritu del más universal de los cubanos, José Martí. También los retos que impone la socialización de su legado con las jóvenes generaciones, y que debe partir de una apropiación que de él han de realizar, en primer lugar, los maestros.

“Es necesario si queremos seguirlo a él, si queremos entender la magnitud de su pensamiento, no estudiarlo fragmentado ni interpretado – …como no se fragmenta tampoco el pensamiento de Fidel –. Por tanto, me interesa el Martí completo, ese que señala que junto a la cuna acechan al hombre las grandes filosofías, las grandes religiones que lo atan, lo amarran y lo amordazan; y ya nunca más será libre.

”Nuestra misión es crear hombres y mujeres para la libertad: personas que tengas una aproximación a la única verdad posible, que es la reafirmación de que como identidad individual formamos parte de un pueblo, lo que hace la identidad colectiva; pero que lo colectivo no es más que la suma de individuales. Hay que conquistar al individuo para después conquistar a la multitud”, señaló el Doctor Eusebio Leal. Y continuó:

“El que no sea capaz de conquistar uno no triunfará nunca con los otros. Ese es el espíritu de su palabra y así está en todo. A su hijo le escribe una carta llena de ternura y de amargura porque no lo verá más; le escribe: ‘tengo fe en el mejoramiento humano, en la vida futura, en la utilidad de la virtud, y en ti’ (…) Y ese destino quedó en la obra, en la nación y en nuestra visión de América. En nuestra visión del ser hijos de una Isla, pero cuya vocación no es encerrarse en ella sino mirar siempre al mundo”.

Eusebio Leal compartió con los presentes innumerables momentos, facetas y conceptos de la vida y obra de José Martí que deben formar parte de la formación ética y académica de los estudiantes, como es el concepto de Patria, más allá del espacio geográfico del país, sino “el sueño de pertenecer a algo mayor, como es la América Latina”.

También se refirió a la escuela y los primeros años de formación particularmente bellos, en lo que son los maestros un importante asidero, como lo fue Mendive para Martí. En este punto del diálogo no pasó por alto mencionar el esfuerzo que hoy se realiza para recuperar el insigne colegio en el Paseo del Prado, sino que las nuevas instituciones en las que actualmente está inmersa la Oficina del Historiador – Palacio del Segundo Cabo, Museo de Arqueología, Observatorio de Belén, Centro de Referencia de los Adolescentes – sean parte de una red para la formación integral de los estudiantes.

Habló también de la aproximación al José Martí de su epistolario, de sus diarios, de sus versos y cuadernos, de sus discursos y poemas, para conocer de la complejidad de sus relaciones familiares, de sus errores, experiencias y pasiones. “Martí es un privilegio para los cubanos que no disminuye el privilegio de otros”, mencionó aludiendo cómo el propio Apóstol compartió con los niños en la Edad de Oro las historias y méritos de otros grande hombres, artistas, patriotas, héroes legendarios, de todos los continentes que sufrieron y amaron y también se equivocaron. “Toma a Bolívar, cuyo pensamiento lo iluminó perennemente, a San Martin, el hombre de las grande renunciaciones que de no existir habría que inventarlo, y desde luego a Juárez, el primer presidente aborigen del continente”..

El intercambio con el Director de la Red de Ciudades Patrimoniales se extendió por más de una hora. Un joven maestro de Historia de Cuba, en nombre de sus más de más de 90 colegas en la audiencia, reconoció el reto que significa la responsabilidad de seguir el legado del Historiador de la Ciudad, el ímpetu de su palabra en la transmisión del conocimiento a todas las generaciones.

Acto seguido, Leal agradeció al novel profesor, y con un hablar pausado apuntó que las grandes figuras “siempre son pequeñas figuras. No lo olvides nunca”– comentó –. Sobre todo cuando estamos frente a eso, estamos hablando de un Martí de 42 años”, dijo refiriéndose a la edad con la que murió el héroe de Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.

“Todos esos grandes paradigmas nuestros son héroes jóvenes. ¿A qué edad murió Frank País? Un maestro. ¿A qué edad Abel Santamaría? Maceo murió a los 51, Agramonte, apenas, a los 32 años. Lo profundo del mensaje es, primero, tratar de tener los ojos abiertos y la mirada amplia, que es la que permite dialogar, y en segundo lugar, la mirada culta”, señaló en referencia al contante estudio y superación no solo de los instructores, también de los educandos.

“La educación en la primaria, en la secundaria y hasta en la universidad es como estar en una venida que nos lleva directamente al destino; pero si te apartas del camino y entras en el bosque, es recomendable al ver un arroyuelo, seguirlo, porque esa es una señal de que se tiene la motivación para continuar; luego se encuentra el río y más tarde el mar. Se puede llegar. Yo soy un autodidacta; pero es difícil el camino. Se supone un acto de voluntad”, sentenció quien es hoy Doctor Honoris Causa en múltiples universidades de Cuba y el mundo.

En nombre de los investigadores, especialistas, docentes, dirigentes de centros y organismos relacionados con la enseñanza Secundaria Básica, Ena Elsa Velázquez entregó un reconocimiento al Historiador de la Ciudad de La Habana por su obra fecunda, también en el campo de la formación.

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