La gratitud que trajo a Silvio Rodríguez a La Habana Vieja

Por: Thays Roque Arce / Fotos: Alexis Rodríguez

Seis veces ha cantado Silvio Rodríguez en el municipio de La Habana Vieja. Seis ocasiones de parques  abarrotados, balcones expectantes, calles colapsadas y un público de vivas emociones. Seis momentos irrepetibles de una gira interminable por los barrios que comenzó el 10 de septiembre de 2010 en la localidad de La Corbata, en Playa.

En los casi siete años de presentaciones, la gira le ha llevado a diversas localidades de La Habana, Artemisa, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Holguín y Santiago de Cuba. La última vez fue en el extremo sur de la Bahía de La Habana, en el Parque de la Herradura de San Miguel. Pero hoy son los habitantes de la parte más antigua de la ciudad, sin dudas, los afortunados.

Este viernes, quien fuera calificado por Eusebio Leal de “pescador con los pescadores, soldado entre los soldados, cantor en los recintos penitenciarios y en los barrios más humildes”, se subió a un escenario en la Plaza San Francisco de Asís para regalar a su público, el de siempre y el de la “primera vez”, su concierto número 84.

A las 7 de la noche arrancó la cita, con la lectura de un mensaje enviado por el Historiador de la Ciudad a quien calificó como “hermano”, y sobre lo cual dijo: “Nuestra antigua amistad me concede el derecho de tratarte así. Hemos estado juntos en las buenas y en las malas”.

Acompañaron a Silvio Rodríguez, en esta ocasión, la joven agrupación Frasis. Los habituales Oliver Valdés, Niurka González, Jorge Reyes, y el Trío Trovarroco – integrado por Rachid López, César Bacaró y MichaelElizarde –sirvieron lo mejor de sus instrumentos en temas como “La gaviota”, “El reparador de sueños”, “Quién fuera”, “El necio”, “La era está pariendo un corazón” y “Ojalá”, esta última de obligada visita en sus presentaciones.

Justo al inicio, “La canción de la trova” y “Rosana” marcaron el tono emocional de una noche magnífica y vibrante, especialmente luego de que el cantautor original de San Antonio de los Baños regalara diez espectaculares bises, como “Te doy una canción”, “Mujeres”, “Pequeña serenata diurna”, o su reciente “Para no botar el sofá”.

Más de dos horas de concierto y la Plaza San Francisco de Asís continuaba encendida, desde los corazones hasta las luces del escenario, como sucede siempre en la gira por los barrios.

Víctor Casaus, otro habitual de esta gira eterna, hizo una donación de libros a la Escuela Primaria “Mariano Martí”, cortesía del Instituto Cubano del Libro, el Centro Pablo de la TorrienteBrau – que dirige –, la Editorial Capitán San Luis, la Casa de las Américas, la Editora Abril y los Estudios Ojalá.

El cantautor aprovechó la oportunidad para apoyar la campaña de prevención de enfermedades transmitidas por mosquitos que afectan especialmente a las embarazadas y mujeres en edad fértil. La iniciativa “Cuida tu sueño”, que cuenta con apoyo de la UNICEF y la guía de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades (Prosalud), del Ministerio de Salud Pública, se propone activar la participación ciudadana en los procesos de prevención y control de epidemias, especialmente en la eliminación del mosquito Aedes aegypti, la prevención del Zika y otras enfermedades transmitidas por este agente.

En la cita estuvieron presentes también la Sra. María Machicado, representante de la UNICEF en Cuba; el representante de la Organización Panamericana de la Salud, Dr. Christian Morales;  por el MINSAP la Dra. Rosaida Ochoa, directora de Prosalud; Fernando González Llort, presidente del ICAP; así como pacientes del Hogar Materno Infantil Doña Leonor Pérez Cabrera, institución de salud dedicada a la asistencia de embarazadas y recién nacidos en el municipio Habana Vieja.

A continuación reproducimos íntegramente las palabras que enviara el Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad, a Silvio Rodríguez. Un abrazo fraterno con el que agradece el regreso del trovador necio al Centro Histórico habanero

Querido hermano:

Nuestra antigua amistad me concede el derecho de tratarte así. Hemos estado juntos en las buenas y en las malas. Siempre con esa esperanza que a ti te ha llevado a ser pescador con los pescadores, soldado entre los soldados, cantor en los recintos penitenciarios y en los barrios más humildes de esta ciudad que amamos.

Tus poemas marcaron a nuestra generación y me incluyo en ella porque, aunque te llevo no sé si tres o cuatro años, ya eso es como el pestañar de una hormiga en el infinito. Con tus versos fuimos en pos de las fantasías y de las crueles o dichosas realidades de nuestras vidas.

Vuelves hoy a la Plaza de San Francisco, el benévolo protector de las criaturas, el que dialogaba con los pájaros y con las fieras, el que admiran aun los que no creen en nada más allá de la vida terrena.

Hoy no podré estar junto a ti y créeme que lo lamento, pero me alegra que una joven me brinde su voz para transmitirte un abrazo a la vez que pido por ti y por los tuyos, que nacieron al amparo de la ceiba poderosa de San Antonio de los Baños.

Pienso en aquel sencillo caballero al que dedicaste una de tus más bellas canciones: el abuelo que tuvo el privilegio de dar la mano a José Martí. Ahora te extiendo la mía, seguro de que se la doy a uno de los varones de cuya casta no abundan ejemplares.

Acéptala que vengo también del largo camino recorrido desde el día en que nos conocimos en el despacho de Ayda Santamaría. Eso fue en el siglo pasado, en verdad hace décadas, pero la gratitud no muere,

Eusebio

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