Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por Yoel Lugones Vázquez
El Centro de Estudios de Técnicas de Dirección de la Universidad de La Habana (CETED), en el aniversario 30 de su fundación, entregó este 25 de marzo un reconocimiento post mortem al eterno Historiador de la Ciudad de La Habana, Doctor Eusebio Leal Spengler, por sus aportes y sistemática colaboración al desarrollo de la ciencia de la Dirección.
Caracterizado por la amenidad, y entre anécdotas e ideas que recordaron siempre con nostalgia al Doctor Leal, en el encuentro – que se desarrolló en la Casa que lleva su nombre –, estuvo presente Perla Rosales Aguirreurreta, Directora Adjunta de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH); Dra. Magda Resik Aguirre, Directora de Comunicación de la OHCH; Katy Herrera Lemus, Directora del CETED, entre otros representantes de ambas instituciones.
“Este fue un premio que había sido pensado otorgársele al Historiador hace ya un buen tiempo – apuntó Herrera Lemus –, pero que por distintas circunstancias fue aplazado. Queremos reconocer al estratega, a la persona que ha sido líder, que ha llevado una obra realmente adelante e incluso proyectos que en un momento parecieron inalcanzables. Cuando uno ve la dimensión de todo lo que ha hecho la Oficina, de todo lo que hizo Leal, de todo lo que logró para La Habana y para Cuba, nos sorprendemos. Me recordaba a Fidel cuando al inicio, en los primeros años del Triunfo de la Revolución, decía que Cuba sería una potencia mundial en medicina. Muchos dudaron, y sin embargo hoy día hay que ver todos los logros alcanzados, incluidos nuestros candidatos vacunales contra la Covid”.
Para la Directora del CETED, en la figura de Leal hay un encanto que tiene que ver con ese tipo de líder, con ese tipo de persona que atrae, que seduce, que es muy objetivo, que es un gran estratega y que logra con su trabajo y su ejemplo implicar a más personas en un proyecto tan hermoso, con el alcance social, cultural, político, internacional que ha tenido la Oficina: “Es por eso que creo que tenemos una deuda con el estudio de la dirección en Cuba, con las figuras de los líderes y con las personas que se han ganado un espacio como el propio Eusebio Leal”.
Por su parte, Resik Aguirre insistió también en esa idea, en que hay que estudiar a las grandes figuras de la cultura nacional como Alfredo Guevara, Roberto Fernández Retamar, al propio Eusebio Leal; a personalidades que dirigieron toda su vida procesos significativos del país: “En el caso del Historiador, para nosotros es de profundo interés porque, incluso, las personas que vayan a realizar este estudio, nosotros podríamos desde nuestra institución ayudarlos con la información, con temas determinados de nuestra estructura, de nuestro funcionamiento, de cómo se concibió el trabajo de la Oficina; todo eso se puede consultar. En llevar adelante un proyecto; en ser líder natural dejando a un lado la burocracia; en ser admirado, respetado y seguido por multitudes, Leal fue un maestro. Él no fue ciencia escrita, fue ciencia de la práctica”.
La Directora de Comunicación de la OHCH recordó varias aristas de la figura de Eusebio como director, pero sobre todo como compañero de trabajo. Exigente cuando tenía que serlo, pero siempre amable, cariñoso, atento a los mínimos problemas personales de cada uno de sus colaboradores. Y sobre todo, depositó una extraordinaria confianza en sus trabajadores. Asimismo, recalcó la importancia de incentivar en las más jóvenes generaciones el estudio de la figura de Leal – esencial para la continuidad de su obra –; así como desarrollar ambientes de entrenamiento y de preparación que dote a la persona de la capacidad y habilidad de poder seguir apoyando y dinamizando un modelo de gestión exitoso aplicado en la zona más antigua de la ciudad y que comenzó el Historiador hace décadas, el cual probó que se podía hacer fuera de determinados esquemas que se concebían para un directivo.
La Directora Adjunta de la OHCH reconoció que los que estuvieron cerca de Leal “hemos aprendido en todos los sentidos. Primero, porque era el maestro por excelencia. Él nos enseñó a andar, a equivocarnos – por qué no –; nos mandaba a misiones estratégicas que a veces creíamos que no podíamos con ella. Pero él nos insistía y confiaba en que podíamos llevarlas adelante”.
Recordó, igualmente, el aprovechamiento integral que Leal hacía del tiempo, la forma de motivar a sus trabajadores, de crear un ambiente de innovación: “Te enseñaba a perder el miedo, a confiar en ti mismo, y eso es inolvidable”.
Mucho se habló de Leal, siempre en presente, porque su obra está ahí; su proyecto sigue avanzando y su figura pareciera como si siguiera transitando por las calles y plazas de La Habana, porque la gente lo recuerda, lo añora y, sobre todo, lo respeta y lo ama.
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