Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Margarita Barrio / Tomado de Cubanow
“No hay cosa más agradable que ir caminando por las calles y que se acerque una persona, cualquiera, a veces una mamá con su niñito y diga: ‘Muchas gracias por lo que ustedes están haciendo’. Yo soy uno más de muchos, claro soy la cara pública”, expresó Eusebio Leal, Historiador de La Habana.
-¿Cuándo descubrió que La Habana necesitaba rescatarse?
Yo no descubrí nada. Hay una obra de predecesores de la cultura cubana que fueron muy constantes en la defensa del patrimonio material de la ciudad. En primer lugar mi predecesor y maestro Emilio Roig de Leuchering, que luchó incansablemente, con toda la fuerza de su prestigio, y sigue luchando todavía, con todo lo que el acumuló para impedir la destrucción de la Iglesia del Paula por la ampliación del ferrocarril, para impedir la destrucción del antiguo Monasterio de Santo Domingo para hacer la terminal de helicópteros, y así podría decirte una lista de cosas. Yo no he hecho más que continuar, modestamente, lo que él, y otros hicieron antes del triunfo de la Revolución.
—Usted siempre ha defendido la teoría de no convertir el Centro Histórico en una maqueta, es decir, no sacar de allí la población, como en otras ciudades antiguas.
Es un Centro Histórico con una superpoblación, provocada por la emigración de los años de crisis. Viven más de 74 mil personas en la zona histórica, eso es insostenible desde el punto de vista del hábitat decoroso. Hay edificios donde viven 200, 300 personas.
Mantener los signos vitales de la ciudad es decisivo. Y tener la vivienda como una vocación esencial es la enseñanza que surge de los errores cometidos en todo el mundo. Desde Venecia hasta Toledo. El problema está en que no pueden estar todos, y la pregunta sería: quiénes son los que se van y quiénes los que se quedan.
Hay un estudio sociológico que se realiza sobre el terreno y se determina no de una manera inconsulta, sino dialogando con las personas sobre cuál es su verdadero deseo. Por lo general, los que han nacido aquí, quieren vivir aquí, salvo excepciones. La voluntad es que estos permanezcan, y que el signo vital continúe.
—El turismo a veces deshumaniza un poco las ciudades. ¿Cómo ha logrado que ello no suceda aquí?
Con la defensa a ultranza de ese concepto que preguntabas al principio: habitabilidad. La ciudad habitada, las aulas en los edificios restaurados, la creación de puestos de trabajo, la atención a los minusválidos y a las poblaciones en riesgo en lugares inhóspitos en el centro histórico, por falta de condiciones en la vivienda, de agua y de servicios sanitarios adecuados.
Y sobre todo, está la vida cultural intensa que se desarrolla aquí, donde no hay una semana que no haya un festival, o las jornadas de Rutas y Andares, que son de participación masiva.
El Centro Histórico ha vuelto a recuperar ese concepto de centralidad, aunque este no es el centro del mundo. Yo les diría que hay puntos de partida en el Cerro, en Centro Habana, en Playa. El ideal es una ciudad multicéntrica, pero por algún lugar hay que empezar”.
“Yo no vivo como ‘La mujer de Lot’, mirando para atrás, porque me volvería una estatua de sal; ni quiero ser tampoco un Rey Midas, porque la cosa no se resuelve ni con dinero, ni con buenas intenciones. Hay que tener ideas, proyectos, y al mismo tiempo osadía. Debe existir, y existe, una voluntad política de preservar esos valores hoy más que nunca, los valores de todos los tiempos.
No estoy dedicado solo a la ciudad colonial, a mi me interesa la ciudad republicana, la moderna, y podría poner muchos ejemplos. Las escuelas de arte, en Cubanacán, es la obra del periodo revolucionario más conocida mundialmente, es ejemplo y bandera del ideal utópico de la Revolución: alcanzar la mayor justicia social posible.
También La casa de las tejas verdes (en el barrio de Miramar) y otros tantos edificios republicanos en La Habana Vieja o modernos como el Palacio Cueto, el Edificio Bacardí, o la Lonja del Comercio.
—Sin embargo, hay una diferencia entre el Centro Histórico y el resto de La Habana Vieja. ¿Cree usted que un día pueda superarse el deterioro que sufre hoy la ciudad?
Creo que sí. Tiene que haber primero lucidez en cuanto al análisis de la cuestión y un asumir la verdad. No seguir repitiendo viejos esquemas que ya hoy están superados, y cosas que tuvieron validez durante un tiempo. Hay que hacer una labor de regeneración en todo el país.
Pero hay un momento en que la ciudad adquiere un valor simbólico, político. Es justo que se vean en ella los agravios del bloqueo y las condiciones terribles en las que se ha desarrollado la economía cubana en estos años, fundamentalmente en el largo tiempo que llamamos el periodo especial. Todo ello ha dejado huellas evidentes.
—¿Qué valores patrimoniales la Oficina no pudo rescatar?
Hay muchas cosas que se han perdido, que se han dañado irreparablemente y también por el embate de los ciclones.
Del edificio de La Lonja del Comercio vimos volar el Mercurio y caer a la calle, destrozado. Vimos también despedazada la Santa Elena, del Convento de San Francisco de Asís, y muchas cosas que por suerte recuperamos.
Otras, como edificios, casas, que tenían un valor dentro de lo que diríamos la arquitectura vernácula —no solamente lo extraordinario, sino también lo pequeño y lo grande, lo sobresaliente y lo que no lo es tanto—, se perdieron, pero otros tantos se han rescatado.
En definitiva La Habana, por un conjunto de azares, está urbanísticamente intacta. Casi ninguna ciudad del continente puede asegurar eso, y cuando hacemos un esfuerzo restaurador, lo que está agonizando revive.
—Antes de que usted deje de ser el Historiador de la Ciudad, ¿qué no querría que se quedara sin hacer?
Ese día está a la vista. Pronto pasaré a mi condición de emérito. En realidad siempre dije que me habría encantado otra oportunidad, otra vida, quizás para ver lo que me preguntabas antes, no solamente la ciudad histórica restaurada, sino ver focos de resurgimiento en toda La Habana.
Pienso que tendremos esa oportunidad. Cuba alcanzará sus objetivos, y entre esos debo destacar como muy importante la preservación de su memoria monumental. Hoy existe un movimiento en Camagüey, otro en Santiago de Cuba, en Cienfuegos, y en muchos otros lugares.
Hay que decir, sin mucha vanidad, que han sido inspirados por La Habana, pero no lo que está sucediendo ahora, sino lo que ha acaecido a lo largo de muchos años. Parece asombroso, pero ya son cuatro décadas y un poquito más.“There is nothing nicer than walking down the streets and have a person, anyone, approach you – at times a mother with her child – and say: ‘Thank you very much for what you all are doing.’ I am just one of many. Of course, I am the public face”, said Eusebio Leal, the Historian of Havana.
-When did you discover that Havana had to be rescued?
“I didn’t discover anything. There is an entire work by predecessors of Cuban culture who were very constant in the defense of the city’s material heritage. First and foremost, my predecessor and professor Emilio Roig de Leuchering, who fought tirelessly, with all the strength of his prestige, and still fights, with all he accumulated to prevent the destruction of Paula Church when there were plans to extend the railroad lines, to prevent the destruction of the ancient Santo Domingo Monastery with the purpose of making a helicopter station in the place. There is an entire list of things I could mention. I have only continued, modestly, what he and others did before the triumph of the Revolution.”
-You have always defended the idea of not turning the Historical Center into a mock-up, not taking those who live in it out of there, as has been the case in other old cities.
“It is a Historical Center with an overpopulation caused by migration during the years of crisis. More than 74 thousand people live in the historical area. From the point of view of a respectable habitat, this is unsustainable. There are buildings in which 200 or 300 people live. To maintain the vital signs of the city is of critical importance. And considering housing as an essential calling is the teaching emerging from mistakes made throughout the world, from Venice to Toledo. The problem is that not all can be there and the question would be: who will go and who will stay.
“An on-site sociological study is made to determine, always after consulting and dialoguing with the people, what they really want. As a rule, those who were born here, with a few exceptions, want to continue living here. We would like them to stay so the vital sign continues.”
-Tourism at times dehumanizes cities to some extent. What has prevented this to be the case here?
“The out-and-out defense of that concept you were asking about at the beginning: habitability. An inhabited city, classrooms in the restored buildings, creation of jobs, attention to physically handicapped persons and populations at risk in inhospitable places in the historical centers because of dwelling places in bad conditions, and lack of water and of adequate sanitation.
“And especially, we have an intense cultural life here in which no week goes by without a festival, or the days of “Rutas y Andares” with its massive participation.
“The Historical Center has recovered that concept of centrality, although it is not the center of the world. I would say there are points of departure in Cerro, Centro Habana and Playa. A multi-centric town would be ideal, but we have to begin somewhere.
“I don’t live like Lot’s wife, looking back, because I would turn into a salt statue; neither do I want to be King Midas, because things are not solved with money or good intentions. We need projects and, at the same time, daring. A political will to preserve these values, today more than ever before, the values of all time, should exist, and it does. I am not only devoted to the colonial town. I am interested in the republican and the modern town. There are many examples I could offer. Cubanacan art school is the work made during the revolutionary period which is best known abroad. It is the example and the flagship of the Revolution: to achieve the greatest social justice possible.
“Also the House with the Green Tiles, in Miramar district, and other buildings made in the republican era in Old Havana or more modern like the Cueto Palace, the Bacardi building or the Trade Market.”
-But there is a difference between the Historical Center and the rest of Old Havana. Do you think the deterioration the city suffers today may some day be overcome?
“I believe it will. First of all there must be clarity in the analysis of the issue and truth must be accepted. Old views that are now a thing of the past and things that were valid for some time should not be repeated. A regeneration work should be carried out in the entire country.
“But there is a moment in which the city acquires a symbolic, a political value. The grievances of the blockade and the terrible conditions in which Cuban economy has developed in these years, mainly in the long time we called special period, can be seen in them. All this has left evident marks.”
What patrimonial values was the Office unable to rescue?
“Many things have been lost, irreparably damaged. There also were the ravages caused by hurricanes. In the Trade Market we saw Mercury fly and fall on the street in pieces. We also saw the Saint Helena in the Saint Francis of Assissi Convent completely destroyed. We were lucky to recover many other things.
Others, buildings and houses which had a value in what we could call vernacular architecture – not only what is extraordinary, but everything small or big, outstanding or not too outstanding – were lost, but the same number of them was rescued. After all, Havana, just by mere chance, is intact from the point of view of urban development. Almost no city in the continent can say this and, when we make an effort to restore, what is agonizing revives.”
What would you not want to leave behind when you stop being the Historian of the City?
“That day is in view. I will soon be in a position as emeritus. I actually always said I would like another chance, another life perhaps, to see what you were asking me before, not only the historical city restored, but focuses of resurgence in the entire city of Havana.
“I think we will have that chance. Cuba will achieve its purposes and, among them, I must highlight that the preservation of its monumental memory is of great importance. There is a movement now in Camaguey, another in Santiago de Cuba, in Cienfuegos and in many other places. We must say, without being too vain, that they were inspired by Havana, but not by what is happening now, but what has taken place through many years. It seems surprising, but it is already four decades and a little more.
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