Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por Thays Roque Arce
Este jueves 8 de noviembre fue entregado a la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana el certificado que acredita la inscripción, en el registro nacional del Programa “Memoria del Mundo”, de la serie documental Actas del Ayuntamiento de La Habana (Período colonia 1550 – 1898).
Conformada por 273 libros, de ellos 211 originales y 62 trasuntados, las Actas Capitulares son un valioso tesoro que protege el Archivo Histórico de la Oficina del Historiador desde hace 80 años, gracias a la mirada previsora del Dr. Emilio Roig de Leuchsenring, quien supo rescatarlas de condiciones adversas y ponerlas al alcance del más diverso público.
El acto formó parte de la sesión del clausura de las Jornadas por el Día del Archivero Cubano que ha tenido lugar en el Centro Histórico habanero por estos días de noviembre, y contó con la presencia del Doctor Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad de La Habana; Nuria Grégori, Presidenta del Programa Nacional “Memoria del Mundo” de la UNESCO; Oscar León, Presidente de la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO; Grisel Terrón, Directora de Patrimonio Documental de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, y otras personalidades de la Oficina del Historiador (OHCH), el Archivo Nacional de Cuba, las instituciones implicadas en el proceso de registro, personalidades e intelectuales cubanos.
“El 5 de mayo pasado el Comité Cubano del Programa Memoria del Mundo aprobó el Expediente de esta valiosa serie documental y, por lo tanto, su inscripción en el Registro Nacional. Al mismo tiempo se acordó presentar el expediente para su inscripción en el Registro Regional por el enorme caudal informativo que aportan como conjunto documental informativo (…). Gracias a estos documentos se puede sopesar el papel desempeñado por La Habana en la conformación de las relaciones comerciales, económicas y culturales que se establecieron entre los países de América del Norte, del Sur, Central y el Caribe. Evaluar las consecuencias que tuvo para La Habana su designación como primer puerto escala del comercio de Indias (…). Esta pluralidad temática, unida a su completamiento casi ininterrumpido por el extenso periodo de cuatro siglos, hacen de esta serie documental una fuente única e irremplazable para la realización de estudios multidisciplinarios sobre Cuba, América y el mundo”, señaló Grégori.
La también directora del Instituto de Literatura y Lingüística “José A. Portuondo Valdor” ratíficó en sus palabras que la petición de que las Actas del Ayuntamiento de La Habana integren el Registro Regional del Programa “Memoria del Mundo” ha sido aprobada por la comisión competente de la UNESCO, un paso más cerca a que sean reconocidas en el registro Mundial, donde Cuba ya cuenta con tres inscripciones, entre ellas el archivo “José Martí Pérez”, desde el año 2004.
Por su parte, el presidente de la Comisión Nacional Cubana de la Unesco, Oscar León, señaló que las actas permiten conocer la historia de inmuebles, la de sus propietarios, la de los sitios públicos y las construcciones en la ciudad. “Muy pocos lugares de América disponen, como Cuba, de material documental del siglo XVI”, agregó León en relación con la relevancia de los documentos.
El Historiador de la Ciudad de La Habana, el Doctor Eusebio Leal, ofreció unas palabras de elogio a todos los trabajadores implicados en la protección y la divulgación del patrimonio documental que resguarda la Oficina que tiene a bien dirigir; recordó a los presentes la importancia de una institución como el Ayuntamiento de La Habana, la variedad de temas que se abordan en las Actas Capitulares y la intensa lucha del Primer Historiador de la Ciudad por preservar estos valiosos documentos y la continuidad de su confección, para futuras generaciones.
“Las Actas Capitulares son un tesoro y la razón de ser de la Oficina del Historiador. No se puede estudiar la historia agraria de Cuba, el desarrollo de las instituciones, la llegada de los médicos que se acreditan, el nacimiento de la sociedad habanera sin contar con el Cabildo y con sus Actas, felizmente conservadas. Pero todo pudo haber sido diferente. Cuando en los años ’20, durante el cobierno tiránico de Machado, el Alcalde de La Habana, depositario de las Actas, decidió trasladarlas del Palacio [de los Capitanes Generales] porque supuestamente no había lugar para ellas, y mandarlas a los húmedos espacios del Palacio de los Capitanes Generales”, relató Historiador.
El Doctor Leal contó a los presentes cómo ese fue el elemento desencadenador para que los intelectuales de la época, encabezados por la figura de Emilio Roig, respondieran ante la necesidad de preservar, apropiadamente, el Patrimonio Documental de la villa. La memoria escrita. Así surgió, posteriormente, el Archivo Histórico de la Oficina del Historiador, la Biblioteca Histórica, y en lo adelante, otros organismos de carácter nacional, que pusieron a disposición de todo el pueblo, la historia de Cuba y el mundo, como la Biblioteca Nacional.
“A partir de ese momento la Oficina del Historiador está vinculada al nacimiento de las instituciones culturales cubanas. No se puede contar la historia de ese periodo rico en la Republica sin recordar que aquí se funda la Comisión Nacional de Monumentos, la Junta Nacional de Arqueología y Etnología; se defiende con Don Fernando Ortiz y otros notables la necesidad de crear una Biblioteca Nacional, precedida por la “Francisco González del Valle”, en la cual la Oficina reúne la memoria de distintos intelectuales cubanos como Francisco de Paula Coronado, poseedor de una gran biblioteca personal, Figuerola Caneda, por solo mencionar algunos”.
Que las Actas Capitulares originales se mantuvieran al resguardo de la Oficina del Historiador fue el resultado de una intensa batalla, tras la muerte del primer Historiador de la Ciudad. Eusebio Leal recordó que aquella decisión significó “el renacimiento de la colección histórica de la Oficina, de la Biblioteca Francisco del Valle, y finalmente un Archivo en el cual hoy hay una parte de la historia de Cuba conservada, papel a papel, objeto a objeto”.
“¿Qué nos hacemos de la memoria? (…) Conservarla requiere asideros. Hay dos fuentes, lo escrito y la tradición oral. Por esta última, tenemos La Habana en el Norte, con sendas lápidas que recuerdan que en 1519 se estableció aquí. Y eso dijo Cagigal en el siglo XVIII, y eso afirmó el Obispo de Espada, y reconoceré yo el 15 de noviembre, al pie del árbol. Pero de eso no hay papel alguno, sin embargo, la tradición jurídica española obliga a pensar que en el Archivo de Indias, que es patria de todos nosotros porque ahí está la memoria del mundo, esté, en su creciente y formidable digitalización, la probabilidad de encontrar la copia de todo acto de la conquista en la América española. Alguien aparecerá en algún momento diciendo: ‘aquí está la fundación de La Habana’. Mientras que es no ocurra, nosotros afirmaremos lo que la historia sostiene”, aseveró el Historiador de la Ciudad.
El 6 de mayo de 1992 la UNESCO creó el Programa Memoria del Mundo, conocido también por sus siglas en inglés MOW, con el propósito de facilitar el acceso universal al patrimonio documental, así como preservar y aumentar la conciencia mundial sobre la existencia y la importancia del patrimonio documental de la humanidad. Es el legado del pasado a toda la comunidad mundial, presente y futura.
El Comité Nacional del Programa fue creado diez años más tarde y hasta la fecha, según detalló su directora Nuria Grégori, han sido presentados e inscritos 14 en el Registro Nacional, seis en el Registro Regional y tres en el Internacional. La más reciente de las inscripciones internacionales es la colección “Vida y Obra de Ernesto Che Guevara” que contempla desde los manuscritos originales de su adolescencia y juventud hasta el Diario de Campaña en Bolivia, presentada y conservada por el Centro de Estudios Che Guevara.
Aún le queda camino a la serie documental Actas del Ayuntamiento de La Habana. Período colonia 1550 – 1898 hacia el registro internacional del Programa “Memoria del Mundo” de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), luego de su aprobación en el registro regional y nacional. Ya son estos documentos parte indiscutible de la historia, sin embargo este reconocimiento oficial, que implica un compromiso en la preservación futura de este patrimonio, sería un justo reconocimiento a la Villa de San Cristóbal de La Habana en su medio siglo de fundada, y a la historia de América, España y Cuba contada también en sus páginas.
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