Bolívar: Hombre soñador y de grandes pasiones

Con la colocación de una ofrenda floral frente a la efigie del Libertador, Simón Bolívar, ubicada en el parque que lleva su nombre del Centro Histórico habanero, se inauguró oficialmente el Coloquio Internacional “La integración en América Latina y el Caribe: alternativas históricas y proyección actual, a 200 años de la Carta de Jamaica”.
El evento, organizado por la Asociación de Historiadores Latinoamericanos y del Caribe (ADHILAC), se inauguró con la presencia de la Señora Vivian Alvarado, Ministra Consejera de la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba; el Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana; Doctor Sergio Guerra Vilaboy, Presidente de la ADHILAC; Doctor Lionel Muñoz, director del Instituto Latinoamericano de la Universidad Central de Venezuela; Eugenio Suárez, Director de la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado; Doctor Eduardo Torres-Cuevas, Presidente de la Academia de Historia de Cuba; René González, Presidente del Instituto de Historia de Cuba; Roberto Pérez, Presidente de la Unión de Historiadores, entre otras personalidades e invitados.

La Banda Nacional de Conciertos dio inicio al acto con la interpretación de los himnos de Cuba y Venezuela, en el que posteriormente hizo uso de la palabra el Presidente de la ADHILAC afirmando que es de especial importancia la celebración de este Coloquio que debate sobre la significación histórica de la Carta de Jamaica, cuyo bicentenario se conmemora por estos días (exactamente este 6 de septiembre). Guerra Vilaboy afirmó que en este documento Bolívar deja un sinnúmero de señales sobre el futuro de nuestra región y, al mismo tiempo, aquí el Libertador habla por primera vez de ese sueño, que él recupera de Miranda, de crear una América unida y advierte sobre las dificultades que tendría ese objetivo de unir la América hispana en una sola nación.
El Historiador de la Ciudad también se dirigió a los presentes para expresar sentirse regocijado de reunirse al pie de la imagen de Bolívar: “No se fue en Santa Marta, sino que quedó para siempre, y como ha dicho un autor recientemente, todo llevaría en este continente su nombre, y es verdad. Su nombre es repetido y lo será a través de los siglos y los siglos por su previsión y, sobre todo, por haber sido un hombre de cultura esencial, amplia, vasta, que le llevó a unas conclusiones tan acertadas, tan profundas, a unos lineamientos tan magistrales como los que traza en la carta cuyo bicentenario celebramos. Es por eso que volver a la raíz y a la esencia del documento es nuestra obligación”.

“Grande y poderoso lo vio Martí en su semblanza y lo unió, en su delicada dedicatoria a los niños del continente, entre los pensamientos tutelares que han de acompañarnos para siempre. (…) Soñador fue y hombre de pasiones, y creo que no se avergonzaría de lo uno o de lo otro (…) No fue un profeta, mas lo fue. Mas bien su enorme conocimiento de los hombres y de las cosas, su admiración por esta América nuestra y su culto a las raíces profundas de este continente, su visión de Europa y de todo el mundo, le llevó a la gran convicción en la Carta de que éramos una especie de género humano, un pequeño género humano”; así con estas frases Leal se refería a ese gran prócer que luchó y soñó con la unidad latinoamericana.
Hasta el 7 de septiembre sesionará el Coloquio Internacional “La integración en América Latina y el Caribe: alternativas históricas y proyección actual, a 200 años de la Carta de Jamaica”, organizado por la ADHILAC, cuyos trabajos, ponencias y mesas redondas de historiadores de más de 15 países (fundamentalmente de América Latina, aunque también están presentes España y Estados Unidos) ya sesionan en la Casa Simón Bolívar y en la del Benemérito de las Américas Benito Juárez.

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