Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Jaime Masó Torres / Fotos Alexis Rodríguez
Y no bastarán las canciones y cada uno de los homenajes para dar las gracias a tanto esfuerzo, dedicación y andar constante. Tampoco bastarán los aplausos y vítores para reconocer la valía de un hombre que desde hace mucho tiempo forma parte de ese grupo de sabios que hacen por el bien común y no construyen obra propia, sino de todos. Así, y todavía mayor, es el espíritu incansable del Doctor Eusebio Leal Spengler a quien la Embajada de México en Cuba dedicó una Gala Homenaje, la noche de este viernes 18 de noviembre en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, majestuosa construcción devuelta al mundo del espectáculo gracias al MInisterio de Cultura.
Presentes una representación de los amigos y seguidores del Doctor Leal. Y solo una representación, pues la multitud es mayor. Acudieron a la cita la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso; el Ministro de Cultura, Abel Prieto Jiménez; el Secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta; Miguel Barnet, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, entre otras personalidades de las artes.
Titulada México con Cuba Siempre Leal, la velada dio inicio reconociendo la labor inmensa del Historiador de La Habana a quien se le entregó la Medalla 7 de Julio que otorga el Congreso Nacional de Patrimonio Mundial, el cual se celebra anualmente en la Ciudad mexicana de San Miguel de Allende. En sus palabras de elogio Adolfo Rubio, presidente del Congreso mexicano de Patrimonio Mundial, destacó la gigantesca obra investigativa y restauradora de Eusebio Leal. También afirmó:
“Estoy seguro de que la tarea desarrollada por el Doctor Eusebio es imprescindible en momentos en que el mundo se encuentra urgido y necesitado de genios para seguir luchando un poquito desde nuestros foros y trincheras a favor de lo bueno. También estoy seguro de que la obra del Doctor Eusebio Leal es extraordinariamente plural”, manifestó.
La Medalla 7 de Julio recuerda la fecha de inscripción en Québec, Canadá, de la villa protectora de San Miguel y el Santuario de Jesús Nazareno de Atotonilco en la lista de patrimonio mundial de la UNESCO. El galardón distingue a personalidades que han realizado una destacada aportación al patrimonio de la humanidad. En el caso específico de Leal Spengler, se le reconoce su destacadísima contribución universal en la restauración y conservación de La Habana. La Medalla llega en momentos en que la Villa habanera festeja su aniversario 497 y los próximos 115 años de las relaciones entre México y Cuba a celebrarse en 2017.
A las manos del Historiador llegó también la Presea Renán Irigoyen Rosado, de la Asociación Nacional de Cronistas de Ciudades Mexicanas.
El Embajador de México en Cuba, el Excelentísimo Señor Enrique Martínez recordó los nexos culturales, investigativos y políticos que unen a Cuba y su país. Ambas naciones permanecen unidas desde hace mucho tiempo y a pesar de grandes situaciones nunca el afecto de los dos estados se ha visto amenazado. Recordó que el Historiador de La Ciudad de La Habana es actualmente el presidente del Grupo de Amistad Cuba-México en la Asamblea Nacional del Poder Popular y Presidente honorario de la Sociedad de Amistad entre los dos países.
“Eusebio Leal ha sido un promotor compulsivo de la amistad entre las dos naciones. (…) Los puentes que él ha tendido sobre el Golfo de México perdurarán eternamente. (…) ¡México con Cuba siempre Leal! ¡México y Eusebio Leal, amigos para siempre!”, pronunció Martínez.
Por su parte, el Doctor Eusebio Leal agradeció las sinceras muestras de cariño, y dijo que su obra y su trabajo están indisolublemente ligados a su patria y a su gente. También a la época que le tocó vivir y a la Revolución cubana en cuyo “caudal generoso y amplio” encontró su propio camino y destino. Asimismo, dedicó el homenaje a Cuba “nuestra madre amantísima” y a México “hermano mayor” con quien mantenemos un vínculo excepcional.
Manifestó cómo México fue abrigo y refugio de tantos cubanos en épocas pasadas. Dicha nación acogió a José Martí y a Julio Antonio Mella, entre tantos héroes y artistas cubanos. Al finalizar, expresó:
“Quisiera en este día agradecer de todo corazón por este homenaje. Pensaba hoy, obsesivamente, en las palabras del gran novelista Ernest Hemingway quien cerca de aquí escribió, con mucho tiempo, su hermosa novela Por quién doblan las campanas. Si las sienten esta noche piensen también que son festivas, aunque doblen por todos y particularmente por mi”.
Acto seguido, los ritmos de ambos países dominaron el escenario del Gran Teatro de La Habana con la presencia de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, bajo la dirección del Maestro Enrique Pérez Mesa y la participación especial de grandes figuras del pentagrama como el Maestro Gonzalo Romeu, pianista y director de orquesta cubano radicado en México. La talentosa presencia del tenor Fernando de la Mora, calificado por los críticos como uno de los mejores de su tipo en el mundo, estremeció con su voz invaluable al interpretar temas del repertorio cubano y mexicano como Danzón Linda Cubana, de Antonio María Romeu; María La O, de Ernesto Lecuona, entre otras piezas.
La siempre bienvenida y necesaria Omara Portuondo, una vez más “aplastó” con su voz, y con la gracia picaresca que la caracteriza cantó Veinte años, de Guillermina Aramburo y María Teresa Vera, tema tan suyo como nuestro.
Juntos, Omara y Fernando versionaron Quiéreme mucho, de Gonzalo Roig. Un dúo que simboliza la unión de dos culturas.
Al cierre, otro imprescindible: el Maestro Frank Fernández, reconocido por la crítica especializada entre los principales valores de la pianística mundial, deleitó con La Comparsa, de Ernesto Lecuona; Tierra Brava, de su cosecha musical y acompañó a De la Mora en el tema Bésame mucho, de Consuelo Velázquez.
No solo por lujosa dejó de ser necesaria la noche del viernes 18 de noviembre en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Entre aplausos, el Doctor Eusebio Leal Spengler recibía el agradecimiento de una nación, de un pueblo, a su obra y a su trabajo. Un venerable sabio que nos pertenece y exhorta diariamente a preservar cada piedra, cada muro, calle, objeto, símbolo. Por esa y otras razones las campanas doblan por el Historiador de la Ciudad de La Habana… y no bastarán.
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