Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Redacción Equipo Habana Radio / Enviados Especiales
Una fecha significativa para todos los cubanos fue recordada en Bayamo, Ciudad Historia. Vísperas del 18 de abril, justo el año en que recordamos el bicentenario del natalicio del que todos conocemos como Padre de la Patria, este 2019, se realizó una velada conmemorativa por la efeméride en la Plaza de la Revolución de la justamente llamada Cuna de la Nacionalidad Cubana.
Presidieron este acto Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Víctor Gaute López, miembro del Secretariado del Partido Comunista de Cuba; Federico Hernández Hernández, miembro del Comité Central y Primer Secretario del Partido en Granma; Alpidio Alonso, Ministro de Cultura; Manuel Santiago Sobrino Martínez, Presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular; y el Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana. Presentes también dirigentes del Partido, del Gobierno, de la Unión de Jóvenes Comunistas, las organizaciones de masas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias y delegados del 23 Congreso Nacional de Historia que sesionó en la ciudad.
“Céspedes dio lecciones suficientes que se basaron siempre en un principio: nosotros podemos; lo que hagamos tiene que ser con nuestro propio esfuerzo. Me parece escuchar un párrafo del concepto de «Revolución» cuando oímos las palabras de Fidel y cuando han pasado 150 años del 10 de octubre, 150 aniversario de Guáimaro y ahora 200 aniversario de su natalicio”. Así expresó el Historiador de la Ciudad de La Habana, Doctor Eusebio Leal Spengler, en las palabras centrales del acto que evocó al protagonista principal de la gesta independentista de 1868, a la que siempre consideró la piedra angular del arco que sostiene la esencia misma de nuestra República.
Para Leal, al hablar del Padre de la Patria hay que hacer el elogio del desarrollo de las ideas: “Las revoluciones nacen de la idea y de la cultura. No es posible comandarlas sin el conocimiento del mundo. Desde Céspedes hasta Fidel nos sorprende esa vocación por la erudición que ambos consideraron fundamentales para poder enfrentar el desafío de su tiempo. Ambos fueron conocedores profundos de la ley, del derecho romano, de los clásicos de la Antigüedad, del pensamiento revolucionario a lo largo de los años. Ambos fueron partidarios de librar la gran batalla por la emancipación”.
El Historiador aseveró que Céspedes no fue solamente hombre de conocimientos vastos, quien promovía la cultura en Bayamo, en Manzanillo, sino que fue la persona que siempre estuvo forjando el ideal y diseñando la República tal y como la había imaginado. Para lograrlo había que vencer grandes obstáculos. Incluso en un momento difícil, el Padre de la Patria, como gran revolucionario, supo renunciar a sus propios ideales para ponerlos a los pies de la nación.
“Hortensia Pichardo afirma que citamos a Céspedes pero conocemos poco de su pensamiento. Ahora, su figura está donde le corresponde. Aquel 10 de octubre más reciente, en las manos firmes del Héroe de la Revolución, el General Presidente Raúl Castro entró en el atrio principal del Cementerio de Santa Ifigenia la urna con los atributos presidenciales, los atributos de la República de Cuba que una vez exhumados sus restos serían llevados, en admirable continuidad, junto a los de Mariana Grajales, Madre de la Patria y símbolo de la mujer cubana (…) Y allí llevó al mausoleo trasladado, al lugar preferente, la urna, colocándola finalmente en aquel túmulo marmóreo donde al pie de la columna, donde está su busto, aparece Cuba ofreciéndole un laurel. Poco después, irrumpimos en aquel camino de campamentos a la tumba de José Martí, Apóstol de nuestra independencia, y posteriormente a la piedra donde están colocadas las cenizas de Fidel. De esa manera podemos afirmar categóricamente que la nación ha reconocido absolutamente, más allá del rostro de un billete y de un monumento en algún sitio, la importancia de Céspedes como figura del iniciador”, sentenció Leal.
Justo en fecha tan memorable, fueron entregadas al Doctor Leal Spengler la Tea Incendiaria, Símbolo de la Ciudad de Bayamo, máximo estímulo que otorga la Asamblea Municipal del Poder Popular, así como la Réplica de la Campana de La Demajagua – la cual simboliza el primer clarín que llamó al pueblo cubano a la guerra por su independencia –, de parte de la Asamblea Provincial del Poder Popular. Ambas distinciones son el justo reconocimiento por la abnegada contribución y extraordinarios aportes del Historiador a la trascendencia y preservación del patrimonio histórico y cultural de la nación cubana.
Sin dudas, como expresa el texto de ambas resoluciones que avalan la entrega de los citados reconocimientos, el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana desde 1967, es un “apasionado y elocuente cespediano, bayamés de espíritu, quien ha desarrollado una trascendental obra, reconocida dentro y fuera de la Isla, cuya vida ha estado caracterizada por la consagración a la defensa de los valores que identifican la nación”.
También se expresó que Leal es hijo legítimo de Fidel y gran ejemplo del humanismo revolucionario en Cuba; tradición que tuvo a figuras cimeras como Carlos Manuel de Céspedes, Pedro Figueredo, entre otros. A su vez, se elogió su audacia para hacer, polemizar, acceder a nuevos saberes, socializar sus conocimientos, escuchar a las personas y conmoverse con sus necesidades espirituales.
“Notable es su pasión por la historia y, particularmente, aquella que lo hace evocar una y otra vez a Bayamo, en referencia a los más trascendentales sucesos de nuestras guerras de independencia, o a la vida y grandeza de los más excelsos patriotas que hicieron posible esos acontecimientos, pieza necesaria para la conformación de la nación y la nacionalidad cubanas y escenario, para orgullo y compromiso, de innumerables anécdotas que ha contado con esa pasión y esa oralidad superior que trasciende al auditorio”, señalaron asimismo sobre el Historiador.
Al concluir la velada cultural, Salvador Valdés Mesa acompañado de Leal y de otras personalidades invitadas recorrieron la Casa Natal de Céspedes que reabre sus puertas, luego de un arduo proceso de reconstrucción, con un nuevo diseño museográfico.
Las huellas de los acontecimientos en la historia trascienden. Somos dignos herederos de generaciones que justamente lucharon y entregaron hasta su existencia para que podamos disfrutar de lo que hoy poseemos. Hombres a los que los unió el espíritu y la razón, la defensa de un ideal, marcado por el devenir de los sucesos y el desarrollo social. Uno de ellos, uno de los más ilustres, fue precisamente Carlos Manuel de Céspedes. Honrarlo, por cualquier razón – aunque más en una fecha tan significativa como la de su bicentenario –, siempre será preciso.
Este 18 de abril, fecha del nacimiento del Padre de la Patria, es un hermoso día para Bayamo, renovada en sus muros, sus calles, el paso de sus habitantes, la impronta de construir y enaltecer. Pero es también es un hermoso día para Cuba. A ella debemos ser fiel, como lo fue hasta en las más duras circunstancias Céspedes.
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