Chávez: “el mejor amigo de Cuba”

marzo 5, 2018

 

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En la mañana de este 5 de marzo, en el Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela realizó el acto político-cultural “Sembremos amor en el alma popular”, al conmemorarse en esta jornada cinco años de la “siembra” del Comandante y líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Rafael Chávez Frías.

Presidieron este emotivo encuentro el Excelentísimo Señor Alí Rodríguez Araque, Embajador de la República de Venezuela en la Isla; el Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana; el Señor Julio Marcelino Chirino, Cónsul General de la República Bolivariana de Venezuela en la República de Cuba, entre otras personalidades. Presentes, además, los Héroes de la República de Cuba Fernando González y Gerardo Hernández, miembros del Cuerpo Diplomático acreditado en la Isla, representantes del Comité Central del partido Comunista de Cuba, entre otros invitados.

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Foto: Alexis Rodríguez

 

En un primer momento, el Señor Alí Rodríguez Araque refirió que Chávez nos dejó sus ideas, su entrega y, sobre todo, su ejemplo que hay que seguir. Recordó cómo al nombre del Comandante venezolano se vincula el de su entrañable amigo Eusebio Leal, no solo por su amistad, sino por el amor a Cuba, a La Habana y, por supuesto, a América Latina.

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Foto: Alexis Rodríguez

 

“Cinco años. El tiempo suele irse volando, habla el decir popular, y razón tiene. Nos parece que este y otros acontecimientos fueron ayer. Sin embargo, no por el decursar de los días, estos pierden su sentido y pierden tampoco su capacidad de influir sobre nosotros. La desaparición física de Hugo Chávez, el Comandante de la Revolución Bolivariana, vaga entre nosotros, está entre nosotros. Y es que como afirmó Martí en una cita tantas veces repetida: ‘la muerte no es verdad cuando se ha cumplido la obra de la vida, y se convierte en un carro de gloria la partida’. Y así lo fue para él, acompañado de su pueblo, delirante en sentimientos que no pueden ser expresados de otra forma que con el clamor de la multitud”. De esta manera comenzó sus palabras el Historiador de la Ciudad, quien también afirmó que Chávez partió muy joven, pero que no importa la edad nunca sino “la intensidad con que nos consagramos a una obra determinada, a los que muchos llaman un sueño”.

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Foto: Alexis Rodríguez

 

Para Leal, corresponde a los revolucionarios de todo tiempo forzar el paso de la historia, anticipando sucesos, acelerando procesos. Es por eso que calificó a Chávez como una fuerza de la naturaleza: “De ahí su empatía extraordinaria con Fidel, cuya ausencia también reciente no dejamos de presentir a cada momento, en cada obra, porque para ellos la obra era infinita y, por ende, quedó inconclusa”.

“No podemos hoy reunirnos – continuó – como una pequeña multitud luctuosa, porque la muerte nos espera a todos, antes o después. Tenemos que valorar la obra de la vida, y nos parece asombroso en uno y otro caso, en Fidel y Chávez, los dos hombres que están unidos en nuestra memoria, el hecho de que para ellos la categoría del tiempo se redujo a la necesidad de trabajar y trabajar para lograr lo imposible”.

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El Historiador de la Ciudad de La Habana recordó la primera vez que vio y conoció a Chávez. También, todas las visitas que realizara el Comandante venezolano a la Isla – desde la primera en 1994 – y sobre todo la entrañable relación, la profunda amistad entre él y el líder de la Revolución Cubana; unión que llevó a Fidel a calificarlo como “el mejor amigo de Cuba”.

La relación entre nuestro país y Chávez fue un acto de hermandad, un acto de solidaridad, aseveró categóricamente Leal: “Alcanzó su dimensión verdadera, con esta amistad, el internacionalismo antimperialista. El uno, Fidel, un maestro elocuente de multitudes, un abogado y un doctor en varias doctrinas; el otro, como él, un hombre de una memoria prodigiosa, capaz de recitar versos con aquella voz tronante; capaz de repetir pasajes completos de las cartas de Bolívar o de Martí. Ambos, con una memoria elefantina; ambos con una capacidad de convocatoria enorme; ambos tenían físicamente ese atractivo que no están determinados por ser mayor o más pequeños, porque lo demostraron Bolívar, Martí y otros hombres. Era la grandeza del espíritu la que los proyectaba más allá”.

Foto: Alexis Rodríguez

Foto: Alexis Rodríguez

 

Para Leal Spengler, el camino de Chávez tenía que seguir el ejemplo de aquellas vanguardias que en el seno de los ejércitos latinoamericanos habían buscado, teniendo la instrucción y la preparación para alcanzarlo. Por eso, ese Chávez victorioso es el que queremos recordar hoy, sentenció.

“Ante su memoria, activa y viva; ante la lucha de la República Bolivariana por subsistir en medio de tan angustiosas acechanzas – recorriendo como nosotros lo hicimos nuestro propio laberinto, en condiciones tan diferentes y tan difíciles –; en medio de la tiranía universal del capital, en medio del poder inmensurable de los medios; en medio de las conjuras, y en medio de los dictados del imperio, siempre prevalecen, firmes y eternos en nuestra memoria, los dos hombres que conocimos. Fue un gran privilegio de las generaciones que están representadas en esta sala, servirlos y acompañarlos fue un menester digno de la conciencia y del espíritu. No traicionarles es un deber moral”, concluyó Leal.

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Historiador de la Ciudad de La Habana 2011
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