Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Ana Lidia García
En la mañana de este viernes 1ro de marzo quedó clausurada la exposición del Portamisal de Cristóbal Colón, proveniente del Museo Etnológico-Misionero de los Museos Vaticanos, que estuvo a disposición del público en la Sala Transitoria del Museo de la Ciudad, desde el 4 de febrero de 2012.
En la ceremonia estuvieron presentes el Dr. Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana; Stefania Pandozy, Directora del Laboratorio Polimatérico del Museo Etnológico del Vaticano y los directores de varios de los museos de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. La pieza fue trasladada a la capital cubana para exhibirse durante un año en esta sala, con la autorización excepcional del cardenal Tarciso Bertone y a solicitud del Historiador de la Ciudad.
Acerca de este valioso préstamo, relacionado con la evangelización del continente, Leal expresó que “constituye un objeto precioso del arte cristiano pero lo más importante del hecho es el puente que establece con los Museos del Vaticano, un nexo que debe continuar en ambas direcciones”.
Durante el periodo que permaneció el portamisal en el Museo de la Ciudad se desarrollaron varias investigaciones y pruebas al objeto para conocer nuevos datos acerca de su historia. Según precisó el Dr. Leal Spengler, ha podido aclararse que no pudo realizarse en los días de Colón en Cuba ya que toda la expresión formal de esta pieza, inclina más a las relaciones del Oriente con México. El desarrollo de una artesanía muy poderosa en ese país, convirtió rápidamente en arte virreinal aquellos modelos de marfil, carey y preciosas maderas”.
El atril –en forma de concha– está compuesto por madera, laminillas de hueso de pescado y carey de tortuga; y mide 31 centímetros de alto, ocho de largo y 37 de ancho. Perteneció al Fra Bartolomeo de las Heras, capellán de Cristóbal Colón durante sus viajes a América. Luego pasó, de familia en familia, al tesoro de la Iglesia de Santiago de Cuba hasta que en 1935 fue enviada a la Santa Sede por el arzobispo de esa ciudad, monseñor Valentín Subizarreta, según una de las hipótesis manejadas por el Historiador en la ceremonia inaugural de la muestra.
El Museo de la Ciudad exhibió el portamisal en una sala especialmente preparada para ello, que permitía la observación desde una urna donde se protegía la pieza en condiciones óptimas de iluminación, temperatura y humedad.
En la ceremonia de clausura, el Historiador de la Ciudad agradeció al padre Nicola Mapelli, director del Museo Etnológico-Misionero, quien trajo la pieza a Cuba; al cardenal Tarciso Bertone y al subsecretario de Estado del Vaticano, Monseñor Angelo Becciu quienes hicieron posible el préstamo al Museo de la Ciudad.
Por su parte, Stefania Pandozy –Directora del Laboratorio Polimatérico del Museo Etnológico del Vaticano– catalogó de muy valioso el intercambio cultural entre Cuba y el Estado del Vaticano. Asimismo, resaltó la labor que desarrolla la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana en la conservación del patrimonio tangible e intangible.
Este portamisal es considerado el ejemplo más antiguo de arte cristiano indígena de América. Ahora regresa al Vaticano pero durante su estancia contribuyó a echar nuevas luces sobre un periodo trascendental de nuestra historia.
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