Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Elaine Caballero Sabugueiro
Fotos: Alexis Rodríguez
En el mismo lugar donde, siglos atrás, se graduaron grandes pensadores de Cuba, el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, antes Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, el Historiador de la Ciudad, Doctor Eusebio Leal Spengler, habló este 14 de agosto a trabajadores y directivos de la Fiscalía General de la República de Cuba.
Ante un auditórium abarrotado de profesionales en el Aula Magna de esa Casa de Altos Estudios, Leal Spengler explicó el patrimonio contenido en el sitio, “un espacio imponderable y donde a veces no podemos palpar, sino presentir a los más ilustres abogados y letrados cubanos”, sentenció.
Con un programa de estudios y un claustro de profesores de excelencia, la escuela de Derecho de La Habana, así como las facultades de Filosofía y Medicina sirvieron, además de su propósito inicial, para formar “el más puro sentimiento de identidad nacional”, precisó el Historiador.
En un viaje al pasado histórico de nuestras guerras de independencia, el también Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas (2017), rememoró una carta de Manuel Sanguily dirigida a Máximo Gómez y escrita por Henry Reeve, el Inglesito, en la cual el patriota cubano manifiesta que irá “a donde la marea de la revolución me lleve”.
Precisamente, la Revolución unió a valiosos pensadores bajo un mismo pensamiento de libertad. Leal se refirió a este proceso como un acontecimiento comenzado en 1868 y cuyas etapas sucesivas nos llevan hasta el presente.
Durante su intervención alertó también “que han existido pocas revoluciones; revueltas muchas; alborotos incontables; pero revoluciones que vienen desde abajo como un torbellino y suben como una fuerza de la naturaleza cambiando la sociedad y la historia, han sido pocas”.
Entre los movimientos sociales y políticos de este tipo, el Historiador recordó a la Revolución Francesa. Al respecto sentenció: “Por primera vez el pueblo contemplaba a fondo la existencia de una asamblea que toma una serie de medidas de carácter trascendente e increíbles, a lo cual le sigue, al final, la ejecución de los dos reyes, María Antonieta y Luis XVI”.
Minutos más tarde, el Doctor Leal Spengler analizó la envergadura de este suceso, ya que “se analizaron los asuntos más esenciales, dígase los problemas del derecho, los temas de la justicia, la importancia de la mujer y la educación, así como la socialización de la cultura”.
Sucede que la Revolución Francesa —comenta el Historiador– “se ahoga en su propia sangre y que termina levantando al cadalso sus propios creadores. Se disuelve, pero deja una huella profunda en Europa y en el mundo occidental. De ella surgiría, más tarde, el imperio de Napoleón Bonaparte nacido del Consulado”.
Ciento cuarenta y nueve años después de su fin, comienza otra gesta independentista en 1848; “al parecer Francia tenía la prodigalidad de producir esos acontecimientos”, afirma el prestigioso intelectual habanero.
Luego llega una tercera revolución, la Comuna de París, donde se instauró un proyecto político popular socialista por breve tiempo, del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871.
Algunos historiadores defienden el criterio de cierto paralelismo entre las vidas de Simón Bolívar y Napoleón Bonaparte, pero “existe una diferencia mortal entre ellos”, advierte el Doctor Leal Spengler: “el primero rechazó el título de emperador ofrecido, discrepó con otros libertadores que creían que el continente podía ser dividido, una vez deliberado en dos incanatos, uno al norte y otro al sur”.
En un segundo momento, el Maestro de Juventudes evocó otro suceso trascendental ocurrido en 1822, el Encuentro de Guayaquil entre Bolívar y San Martín donde “queda definido el porvenir”.
San Martín, el Gigante del Sur, “se da cuenta del valor moral, espiritual y culto de Bolívar, quien por cierto había estado en París, en la basílica hoy destruida de Notre Dame, en el momento de la coronación de Bonaparte”, declara.
Sin embargo es en Roma donde el militar y político venezolano, en lo alto del Monte Sacro “jura independizar el continente latinoamericano y no hacer descansar su espada”, reconoce.
Las próximas palabras del Doctor Leal Spengler estuvieron dedicadas a reflexionar sobre la historia en su condición de ciencia social holística y enlazada con el hombre, la sociedad, la vida, la medicina, las artes y cualquier expresión de inteligencia.
Así lo confirma su pensamiento: “Sin el conocimiento de la concatenación de la historia, no podemos comprender el pueblo en el que vivimos, ni hallar sus raíces en el tiempo, ni encontrar y estudiar los atisbos de su personalidad, los pliegues de su carácter y apenas podemos entender el menester de la justicia en el seno de un pueblo”.
Por otra parte, la génesis del cubano, asevera el Historiador, nace de esa huella dejada por la indigenitud, una gota de sangre perdida en nuestras venas, con mayor presencia en ciertos sectores de Oriente de Cuba. “No es determinante en nuestro idioma, pero sí en el nombrar las cosas”, recuerda.
Palabras como Habana, Baracoa, Bayamo y muchas otras llevan por el sello inconfundible de nuestro pasado. “De ahí que en el movimiento poético del siglo XIX tratara de rescatar esos rasgos olvidados o terriblemente descuidados”, confirma.
Asimismo, el legado del continente conocido como la cuna de la humanidad dejó una profunda huella en la Mayor de las Antillas que ha sido estudiado por don Fernando Ortiz. Al decir del Doctor Leal Spengler, “no se puede explicar a Cuba sin África y tampoco sin España”.
De acuerdo con quien fue nombrado Hijo Ilustre de la Ciudad Héroe en el 2018, “cubano es quien lo quiera ser, el que profesa el amor a la patria, el que tiembla cuando siente el Himno”.
Antes de finalizar, el Historiador recordó la obra de Fidel Castro Ruz, quien “insistía en la necesidad de estudiar filosofía para llegar, tranquilamente, al materialismo dialéctico y a concepciones más modernas de la historia”.
El líder histórico de la Revolución cubana “dejó creadas las condiciones y el camino para lo que debe ser el destino inmediato y futuro de Cuba. Su obra significó muchas cosas: la regularización y el ordenamiento del Estado, la creación de la fuerza orgánica que ha defendido al país en toda circunstancia. Tuvo además siempre ese pensamiento de justicia y equilibrio que lo llevó a la distribución de las tierras”.
En su monumental concepto de “Revolución”, Fidel deja un conjunto de ideas trascendentales para analizar la Cuba la de hoy. Como hombre de pensamiento y acción, el Historiador se niega a convertir estos preceptos en lápida a ser leídos como los Diez Mandamientos, pero acepta el desafío de interpretar cada una de sus líneas, analizadas durante su conferencia magistral.
De manera personal, Leal Spengler confesó ante los presentes que sus saberes los adquirió gracias al sistema de enseñanza implementado por la Revolución, ya que “antes vivía en el desamparo de la educación; no había podido alcanzar, por condiciones familiares, ni siquiera el sexto grado”, manifiesta.
Cerca de 45 minutos estuvo el autor de “La luz sobre el espejo” y otros valiosos libros en un diálogo fructífero con abogados y otros especialistas que acudieron a la cita. Sus cálidas palabras sirvieron de estímulo a quienes tienen la desafiante misión de construir un país desde las leyes.
Como colofón del encuentro, el Doctor Leal Spengler recibió de manos de la Fiscal General de la República de Cuba, Yamila Peña Ojeda, el reconocimiento de la Toga al Mérito por su incansable labor en la conservación del patrimonio material e intangible de la capital.
En el acto estuvieron presentes, además, Homero Acosta, Secretario del Consejo de Estado, entre otros directivos de la Fiscalía Provincial y General de la República de Cuba.
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