Cuidar de aquellos que una vez cuidaron de nosotros

Por. Rachell Cowan Canino y Yoel Lugones Vázquez
Fotos: Alexis Rodríguez

El Doctor Eusebio Leal Spengler, como todo gran idealista, soñó el Centro Histórico habanero como una ciudad viva, donde el patrimonio natural y edificado convivieran en armonía; pero también propició una mejor calidad de vida para la población residente y de esta manera, niños, jóvenes y ancianos tuvieron sus espacios.

Entre esos sueños estuvo la restauración del antiguo Convento Nuestra Señora de Belén, pero no solo por rescatar la arquitectura y belleza del lugar, sino también para readecuar su funcionalidad a una noble labor: la de brindar paz y ayuda a los ancianos de la zona. Fue así como, desde el año 2000, la Dirección de Inversiones de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) se involucra en el proyecto, con el fin de devolver a su esplendor la estancia.

En la actualidad, en Belén se encuentra la Oficina de Asuntos Humanitarios de la OHCH, que se encarga de velar por la salud, la protección y el bienestar de los adultos mayores y otra población vulnerable de los alrededores. Para ello, cuentan con los centros diurnos, las residencias protegidas, la residencia interna en el propio Belén, un círculo infantil y aulas museos. En estos lugares, los ancianos asisten a talleres, reciben fisioterapia, poseen una alimentación adecuada y cuentan con personal de salud especializado.

Desde el inicio de la pandemia de la Covid- 19 y las respectivas medidas de aislamiento, la rutina del Convento de Belén se ha visto desvanecida. Ya no hay talleres, ni juegos, ni peñas, ni reuniones de amigos para cantar aquellas canciones de antaño. Ahora cada anciano ve desde sus habitaciones el ir y venir de los constructores, quienes laboran en el Claustro Viejo.

Ante esta nueva situación, Asuntos Humanitarios y la Dirección de Cooperación Internacional de la OHCH buscaron una forma de hacer más amenos los días de los convivientes en Belén. A través del Proyecto Compartiendo Caminos e inserción y cuidado se instaló un parque biosaludable en uno de los patios interiores del Convento, con la intervención de las ONGs WeWorld GBC y Mundubat y el financiamiento de la Unión Europea y la Embajada de Japón en Cuba. Este nuevo espacio fue inaugurado en la mañana de este 11 de septiembre con la presencia de la Señora Liz Cuesta, esposa del Presidente de la República de Cuba Miguel Díaz Canel; Javier Leal, hijo del Historiador de la Ciudad de La Habana, entre otras personalidades. Presentes también directivos de la OHCH, trabajadores del Convento de Belén y constructores que hicieron posible esta obra.

La fecha para la apertura de este parque – que contribuye al bienestar de las personas mayores promoviendo actividades físicas al aire libre – no fue escogida fortuitamente. Fue justo en la jornada en la que el Doctor Leal cumpliría 78 años de edad, por lo que este hecho representó asimismo un homenaje a un hombre que siempre veló por el bienestar de la población de La Habana Vieja.

“Como parte de este proyecto se han fortalecido otros temas referentes a la atención de los adultos mayores, como la adquisición de equipamiento para el servicio de alimentación y la fisioterapia. También otro componente es fortalecer la inserción laboral de jóvenes con discapacidad, a través de talleres laborales tanto en el Convento de Belén como en la Quinta de los Molinos”, afirma Ana Laura Fernández, especialista de la Dirección de Cooperación Internacional.

El Parque responde a la necesidad de ejercitar el cuerpo y la mente de estas personas tras meses de encierro. A falta de la habitual gimnasia matutina ahora los abuelitos podrán combinar el deporte y la diversión al aire libre. Este lugar será la opción perfecta para mejorar la forma física, ya que se trata de un circuito de ejercicios con máquinas y aparatos de diferentes categorías para trabajar zonas concretas y mejorar la coordinación, elasticidad o movilidad del cuerpo, que en el caso de los ancianos se deteriora con la edad.

Pero, ¿cómo protegerlos en tiempos de Covid mientras realizan actividades de este tipo? El especialista de Asuntos Humanitarios, Ángel Reyes Torrens, expresa que cada equipo fue instalado con la distancia prudencial de dos metros entre uno y otro, y que serán desinfectados luego de su uso. “Además – ratifica –, no es necesaria la presencia de un técnico constantemente, pues con una mínima introducción se pueden utilizar”.

Para la concreción de este sueño, un equipo de la Dirección de Inversiones también estuvo presente bajo la tutela de María Isabel Martínez, Jefa del Departamento Inversiones Malecón y Extramuros. A uno de los retos que se han tenido que enfrentar es a adecuar los aparatos del parque a un entorno como el del Convento; para ello la solución fue emplazarlos en uno de los patios interiores con buen gusto.

María Isabel Martínez Oliver, Jefa Departamento Inversiones Malecón y Extramuros

María Isabel comenta que ese patio interior tiene la posibilidad de utilizarse para colocar bancos o estos equipamientos que es muy sencillo y por donde los abuelos pueden moverse de forma cómoda: “Por supuesto, hemos cumplido con las regulaciones urbanas, con todas las condicionales que nos establece el proceso inversionista como los accesos para discapacitados. Una de las enseñanzas de Leal para nosotros es poder adaptar lo nuevo a lo viejo, siempre que se estudie la arquitectura del lugar”.

La labor realizada en un centro como el Convento de Belén regocija a toda persona humanista y comprometida con el bienestar. El parque recién inaugurado es, en sí mismo, uno de los mayores honores de la vida, el de cuidar de aquellos que una vez cuidaron de nosotros.

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