De la investigación al museo

Por: Thays Roque Arce / Fotos: Néstor Martí

El Palacio del Segundo Cabo acoge el XII Taller de Investigaciones Históricas y Museológicas que auspicia la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de La Habana, en el marco del proyecto “Gestión participativa local en la rehabilitación del Centro Histórico de La Habana (GEPAC)”, auspiciado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).

Este miércoles 29 de noviembre, en la segunda sesión del encuentro, el Historiador de la Ciudad de La Habana, el Doctor Eusebio Leal Spengler, conversó con los participantes de la cita sobre los retos que impone la gestión del patrimonio y los museos como plataforma de expresión y conservación de la herencia cultural.

En una suerte de bienvenida, Leal Spengler singularizó el proceso para el cual, “todos aportamos nuestro esfuerzo”: La preservación de la memoria social que es la conservación del patrimonio cultural. Recordó que Cuba y La Habana han recibido incontables legados que son hoy piezas claves del acervo que protegemos a diario en nuestras instituciones. “Patrimonios individuales, que si no se dispersan, pasan a ser un patrimonio de todos, del país”.

Así recordó a María Teresa Bances de Martí, la viuda de José Martí Zayas-Bazán, hijo del Apóstol de Cuba, cuya última voluntad fue la de legar parte de sus objetos personales –cuadros, ánforas orientales y tapices– al Museo de la Ciudad, y que hoy forman parte de la colección que se exhibe en la Sala del Trono, por ejemplo.

Conversatorio del Doctor Leal durante la segunda jornada del Taller

El Director de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de Ciudades Patrimoniales resaltó el valor de la “voluntad casi bíblica” de donar un bien, sea cualquiera. Desde “dar un libro, un objeto que considera precioso, un documento para el archivo, una fotografía que llena el rompecabezas está contribuyendo al patrimonio nacional”.

Pero ¿cómo lograr la voluntad, y el deseo de hacer, a la capacidad y la voluntad de hacerlo? Preguntó el Historiador recordando los tiempos difíciles que atraviesa la restauración, tal como sucede con la sociedad en general. Todo se resume, dijo, en la frase “amor al trabajo”.

“Es lo que hemos hecho a lo largo de los años. Nos vimos de pronto llamados para una vocación que era luchar contra la corriente común. Todo el mundo hacía la ponderación de lo actual, lo moderno, lo futuro; y nosotros nos empeñamos en tratar de conservar las cosas del pasado, hasta convertirnos casi en criaturas anacrónicas”, señaló.

“Lo importante es tratar de dar un testimonio válido para conquistar el corazón y la vocación de las personas, especialmente de los jóvenes”. Y entre las tantas batallas que se deben librar en el camino, mencionó que aquella que lleva por etiqueta “gasto innecesario” es una de las más arduas. “Si somos perseverantes, y capaces de mantener nuestros esfuerzos, podremos establecer un marco de simpatía para nuestro trabajo. La médula de la cuestión es la capacidad de resistir, y tener éxitos”.

“Batallamos hasta llegar a alcanzar un prestigio social, un reconocimiento público, no solo en la capital, sino también en el pequeño pueblo, donde el director del Museo, el preservador del patrimonio cultural, logró tener, a partir del desarrollo de la cultura y del conocimiento, un espacio en la vida pública y una gratitud por parte de sus conciudadanos”, explicó Leal Spengler.

En ese punto, el Historiador reconoció la dignidad con que cuentan muchos museos del país, cuyos especialistas, algunos, se encuentran representados entre los participantes del evento. También señaló que en instituciones que cuentan con colecciones limitadas y pocos recursos, a veces se trabaja con más pasión. “Manos de amor, no solo manos asalariadas, porque con un criterio de amo o ama de casa no se puede trabajar en una institución pública. Hay que estar dispuesto a abrir y a recibir, de pie, fundamentalmente a los nuestros, y por supuesto a aquellos que llegan de cualquier lugar del mundo atraídos por nuestro menester”.

“Cuando la sociedad pierde la memoria lo pierde todo. No se sabe quiénes somos, a dónde vamos (…) Olvidamos nuestras propias tradiciones que se insertan, y deben insertarse de manera armónica, en lo universal. Nosotros somos los que trabajamos para la preservación de la memoria social, de la historia, de las artes, de los bienes inefables de la cultura, de la literatura, del saber, y de todas sus manifestaciones e instrumentos, que van desde lo elemental humano hasta lo altamente tecnológico”, sentenció el Historiador de la Ciudad de La Habana.

La actual edición del Taller ha incluido hasta la fecha dos importantes conferencias procedentes de especialistas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid, y del Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona, relacionadas con la disposición en la red de las colecciones, exposiciones, multimedias y archivos documentales de las instituciones museísticas, y las mediaciones tecnológicas de los usuarios, respectivamente.

Olga Sevillano, responsable de Programas Virtuales del Museo Reina Sofía impartió la conferencia inaugural “El Museo en red”

La última jornada, que se desarrollará el 30 de noviembre, está prevista la intervención de Gladys Collazo, Presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, seguida de la conferencia de una conferencia del Presidente de ICOM Cuba, José Linares.

El XII Taller de Investigaciones Históricas y Museológicas, a través de ponencias, paneles, debates, e incluso recorridos por el Centro Histórico, ha beneficiado el encuentro entre museólogos, museógrafos, conservadores, restauradores, arquitectos, historiadores, gestores culturales y otros especialistas con experiencias en la gestión integral de los museos y su proyección en los espacios culturales de las ciudades patrimoniales.

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