Eusebio Leal Spengler: “Salvar cualquier cosa que esté en peligro”

Fotos: Alexis Rodríguez

El Historiador de la Ciudad, Doctor Eusebio Leal Spengler, se reunió esta mañana con los nuevos alumnos de la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, futuros obreros que constituyen un pilar en el enfrentamiento de las obras de restauración y conservación que demanda esta antigua urbe.

En el patio del Convento de San Francisco de Asís, su primera sede y una de las obras de restauración más importantes acometidas por los profesores y estudiantes de ese centro educacional, el Doctor Leal informó algunas de las medidas previstas en el Centro Histórico y en el país con el objetivo de resguardar nuestro patrimonio ante la amenaza del huracán Irma para las islas del Caribe.

“Ya el país nuestro está movilizado, del centro al oriente, porque lo que no cabe la menor duda es que – si no cambia la situación – pasaría por todo el norte de nuestro país generando una destrucción colosal, sobre todo en todas las obras que sostienen la infraestructura de las pequeñas islas que forman parte del archipiélago de Cuba, en las costas orientales y, quizás, martillando una vez más a la mártir ciudad de Baracoa luego de haber realizado allí la gran proeza de volver a levantar, volver a sembrar, volver a cultivar lo que se perdió. Pero bueno, esa es una regularidad general del clima del trópico, el fenómeno del mundo tropical. (…) Para nosotros los que vivimos en la Habana Vieja es un gran problema, para los que viven en Centro Habana, 10 de Octubre, en el Cerro; municipios que todos sabemos tienen enormes afectaciones de vivienda, situaciones muy difíciles para las personas (…) La cuestión social es preparar para prestar todo el auxilio posible y darle refugio a las personas en un lugar seguro. Este, por ejemplo, se convierte en un refugio; el Convento de Belén, que es el asilo, se convierte automáticamente en el centro de evacuación, van para allá todos los que corren peligro, los ancianos, los que tienen diálisis, los que tienen problemas van para allá. Para eso, como hormigas durante todo el año, todos los años, estamos guardando y recogiendo y contabilizando recursos y medios para poder en su momento socorrer a las personas. Cuando surgió lo de Baracoa, pudo salir una expedición de la Oficina de Historiador para allá con una cantidad sustantiva de apoyo nuestro, que guardamos para, llegada una situación como esa, apoyar a los que lo pierden todo”.

En este mismo encuentro, organizado inicialmente para darles la bienvenida al inicio del curso escolar, el Historiador compartió anécdotas personales sobre la importancia de estudiar y los convidó a superarse.

“Lo que tenemos que hacer es triunfar. Cada uno a triunfar y a encontrar su propio camino, su propia experiencia. No hay tiempo perdido, nadie aquí ha perdido tiempo. Todos tenemos un destino y hay quienes van como ovejas muy bien, los admiro, pero hay otros que no, que como yo estábamos regados por aquí y por allá. Qué podía yo imaginar entonces que mandaría hombres y mujeres, y que llevaría adelante un proyecto que en medio de una situación calamitosa la gente admira y la gente saluda y reconoce. Esto es lo más importante para nosotros, y poseer el don inapreciable del conocimiento, que es la clave de todo, y el de la cultura. Aprendan a interpretar la música, la poesía, lo elemental. Que los amigos se respeten, que los hermanos se respeten, esos son principios éticos fundamentales. Bienvenidos al curso y a la escuela y a este claustro que un día fue una ruina y la Escuela Taller reconstruyó. Bienvenidos a disfrutar y a gozar de lo que puedan, aun en la austeridad de vuestras familias, de vuestras vidas, de vuestras necesidades. Con entusiasmo, con alegría, con fe en su trabajo, pero sobre todo con fe en su persona. Martí le decía a su hija: “aprende a hablar el idioma del mundo, porque el mundo hace pagar muy alto a los que llevan la cabeza más alta. Aprende a hablar ese lenguaje”. Ustedes aprendan también. Bienvenidos al curso, que sea muy bueno el trabajo y si en los próximos días nos quedan días de angustia confío en ustedes para que me ayuden a cargar, a evacuar, a salvar cualquier cosa que esté en peligro.

La escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos desde su apertura el 6 de abril de 1992, recibe a jóvenes de entre 17 y 25 años interesados en una vinculación estudiantil y laboral de este tipo, a través de convocatorias públicas. La formación docente de este centro destinado a la enseñanza de los oficios de la restauración inmueble permite intercambiar experiencias con personal de otros centros similares, como los colegios de restauración de patrimonio de las villas fundacionales de Santiago de Cuba, Trinidad, Camagüey y Cienfuegos.

CubaCulturaEducaciónEscuela Taller “Gaspar Melchor de Jovellanos”Eusebio Leal SpenglerOficina del Historiador de La HabanaPatrimonio

Compartir