Evocación al Titán de Bronce

marzo 16, 2012

El Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana fue sede, en la tarde del viernes 16 de marzo, del acto solemne por el 134 aniversario de la Protesta de Baraguá, trascendental hecho histórico protagonizado por uno de los grandes de nuestra historia patria, Antonio Maceo.
Este tributo a quien fuera calificado justamente como el “Titán de Bronce”, un gran general y hombre de ideas, fue organizado por la Academia de la Historia de Cuba, la Embajada de Costa Rica en la Isla, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y el Ministerio de Cultura.
El encuentro estuvo presidido por Abel Prieto Jiménez, Delegado del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba; Homero Acosta, Secretario del Consejo del Estado; Rafael Bernal, Ministro de Cultura; Rogelio Sierra, Viceministro del Ministerio de Relaciones Exteriores; Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana y la Junta Directiva de la propia Academia de Historia. Presentes, además, miembros de las Delegaciones de Costa Rica y Cuba a las actividades por la entrega del revólver de Antonio Maceo a nuestro país.

En un inicio, el Doctor Eduardo Torres Cuevas, Presidente de la Academia de la Historia, pronunció la decisión – tomada en voto secreto y directo de los académicos de número –de elegir a 19 importantes intelectuales del mundo como Académicos Correspondientes Extranjeros; tres de ellos presentes en la ceremonia: el costarricense Armando Vargas Araya – miembro de número de la Academia de la Lengua Española de su país y Premio Nacional de Historia de la Academia de Geografía e Historia de Costa Rica –, el catedrático Michael Max Paul y el Doctor Hal PhilipKlepak Powell.
El Doctor Armando Vargas Araya, en nombre de los Académicos extranjeros, hizo uso de la palabra donde agradeció profundamente esta iniciativa de una institución y un país al cual se siente muy cercano, y cuya historia de rebeldía y valentía ha sido ejemplo para muchas naciones de América Latina y el Caribe.
La realización del panel “La personalidad latinoamericana de Antonio Maceo” dio continuidad al acto, en el que estudiosos de la vida del gran estratega militar abordaron aristas como el atentado que sufriera el luchador donde perdiera el revólver que ahora – gracias a la generosidad de la familia costarricense Castro Salazar y muestra de la cercanía entre ambas naciones – ha sido devuelto al pueblo cubano; semblanzas sobre la huella que dejara el héroe en Costa Rica, entre otras temáticas.
Estos abordajes históricos concluyeron con la presentación del libro “El Código Maceo. El General Antonio en la América Latina”, del propio Armando Vargas Araya; texto que fuera calificado por Torres Cuevas como revelador y concluyente sobre una etapa poco conocida de la historia del Titán de Bronce.
La cita fue clausurada con las palabras del Historiador de la Ciudad de La Habana, Doctor Eusebio Leal Spengler, quien calificara a Antonio Maceo como un “hombre apasionante”, “un hombre superior, de extraordinaria sensibilidad”, consagrado siempre a la lucha por la libertad de Cuba.
Ser humano de gran sentido común, al decir de Leal, de gran elegancia personal que congeniaba perfectamente con la elegancia y fuerza de su carácter, Maceo – “nacido en el seno de una familia en la cual confluían los linajes de América” – siempre aspiró a una nación soberana e independiente que, a su vez, brindara su mano solidaria a otros necesitados del mundo.
Este acto formó parte de un amplio programa de actividades en homenaje al Titán de Bronce, que comenzó con la donación a Cuba del revólver entregado por el Mayor General a las autoridades de Costa Rica, luego del atentado que sufriera en esa nación el 10 de noviembre de 1894. El arma fue entregada oficialmente el pasado jueves 15 de marzo en el Salón de la Ciudad, de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Santiago de Cuba.
Después de más de un siglo de haber sido conservada por la familia Castro Salazar, ahora esta reliquia ha sido depositada como objeto museable, portador de un alto valor patrimonial e histórico para nuestra Isla.