La escultura de Leal, regalo para Cuba

noviembre 24, 2021

Por Indira Román Geraica

Foto: Estudios Revolución.

Foto: Estudios Revolución.

Cuando Silvio Rodríguez dijo una vez que Eusebio Leal quedaría para el bronce, aquella idea nos parecía muy lejana. Entonces Leal vivía y pensar en la muerte de quien tanto hizo por La Habana y su gente era algo muy lejano. Pero un día de 2020 se nos fue y desde entonces aquella idea de eternizarlo en el bronce cobró fuerza y lo que parecía solo un sueño o una expresión, terminó siendo una realidad.

Hace más de un año el Premio Nacional de Artes Plásticas José Villa Soberón y todo el equipo que lo acompaña en su estudio taller en la esquina de Teniente Rey y Cuba en La Habana Vieja decidieron crear lo que una vez Silvio comentó. El mismo hombre que creara las esculturas del Caballero de París en la Plaza de San Francisco de Asís, John Lennon en el Vedado o la de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso en el Gran Teatro de La Habana, puso su mente para crear una obra que captara la esencia un hombre eminente para Cuba y el mundo.

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Foto: Cortesía del entrevistado

Tras más de un año del fallecimiento del Historiador de la Ciudad, una imagen nos devuelve al hombre cálido que fue, al caminante perenne que detenía su paso para saludar a cualquiera. Hace un año, Villa Soberón recibió un pedido especial de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Esta vez, el encargo era hacer una escultura en bronce de Eusebio Leal. El compromiso era mayor.

El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, develó en la noche del 15 de noviembre la estatua dedicada a Eusebio Leal, de los escultores José Villa Soberón y Gabriel Cisneros Báez, su ayudante. Foto: Estudios Revolución.

El Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, develó en la noche del 15 de noviembre la estatua dedicada a Eusebio Leal, de los escultores José Villa Soberón y Gabriel Cisneros Báez, su ayudante. Foto: Estudios Revolución.

Este 15 noviembre, víspera de los 502 años de fundada La Habana, en una noche lluviosa, fue develada la estatua. Y justo allí, el artista confesaba que la escultura de Leal es la más difícil de todas las que él y su equipo han hecho y harán. Hasta su taller llegamos para conversar con él y saber cuán especial es esta obra.

Eusebio Leal junto al artista en la presentación de su catálogo “José Villa Soberón: hijo del espacio”. Foto tomada de internet

“Leal para nosotros fue una persona muy importante. Creo que mucha de las posibilidades de nuestro trabajo en estos últimos años se lo agradecemos a Leal. Fue atento y preocupado por el trabajo que hacíamos y le gustaba venir al taller constantemente. Él no era un cliente que encargaba una obra y ya. No. Le gustaba venir y añadir algún detalle. Así, estas últimas esculturas que hemos emplazado en el Centro Histórico se hicieron con la cercanía de Leal. Yo creo que la gente la ha recibido bien. El arte es complejo. No necesariamente todo el mundo puede concebir lo mismo. Por eso yo creo que la escultura más difícil que hemos hecho y probablemente la más difícil que hagamos sea precisamente esta, porque a Eusebio lo conocieron muchas personas. Muchas personas trabajaron con él, intercambiaron y fueron muy cercanas a él; desde personas más simples hasta más destacadas y siempre fue muy querido. Por lo tanto, casi todo el mundo tiene su idea de cómo le hubiese gustado la escultura de Eusebio. Algunos dicen que ese no era el reloj que le gustaba. Pero bueno, ese fue el reloj que junto con el hijo (Javier) pudimos escoger. Así hay detalles que las personas se nos acercan y nos dicen lo que hubiesen preferido”.

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Foto tomada del Periódico Cubarte

Está ubicada en un lugar muy especial, en la Calle de Madera, a la entrada del Museo de la Ciudad, antiguo Palacio de los Capitanes Generales, el sitio preferido de Leal en La Habana. Un lugar al que llegan cada día cientos de personas y que, sin duda alguna, se convertirá en sitio de peregrinaje.

“Yo creo que ese es el elemento creativo esencial. Pienso que se trata de poder devolver la imagen de Eusebio a esta zona de la ciudad. Precisamente ese entorno donde se ubicó la escultura fue el entorno de trabajo por excelencia de Eusebio. Todos los que están relacionados con La Habana Vieja recuerdan la presencia permanente de él por allí. Una persona que constantemente se movía por toda la ciudad y saludaba, en ese gesto de reconocer y comunicarse con todo el mundo”.

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Foto: Cortesía del entrevistado

La idea comenzó en el Estudio Taller. Pasaron cuatro o cinco meses en que el escultor Gabriel Cisneros estudió fotos y videos, hasta que tomaron la decisión de la imagen exacta que querían esculpir y cuya fundición en bronce estuvo a cargo de la Fundación Caguayo en la provincia de Santiago de Cuba. El equipo de Villa Soberón trabaja generalmente con modelos. Gabriel y Villa suelen buscan una persona que tenga la expresión corporal del personaje y de ahí parte el resto. Aquí tuvieron de manera excepcional una oportunidad muy poco común.

“Y es que tuvimos excepcionalmente como modelo al hijo de Eusebio que sabes que se parecen mucho y que incluso tiene muchas expresiones parecidas del cuerpo. Eso creo que hace que esta escultura tenga probablemente más detalles que lo que comúnmente se puede conseguir en otra escultura. Después estuvimos debatiendo sobre qué imagen le podíamos dar a la escultura. Incluso, inicialmente pensamos en una imagen de un gesto muy personal que tenía Eusebio. Cuando él hablaba, se concentraba y se tocaba el dedo índice. Con ese gesto comenzamos a trabajar. Gabriel se convirtió en un especialista de la imagen de Eusebio. Pero luego ese gesto nos pareció muy personal y que no estimulaba la comunicación del público con la escultura, algo que queríamos conseguir. Por eso buscamos varias imágenes y apareció esa idea de él saludando y que sí establece un puente de comunicación muy fácil entre la escultura y el espectador”.

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Foto: Cortesía del entrevistado

Una obra de este tipo no se hace para quienes conocieron al personaje, nos dice Villa Soberón. Una escultura se hace para quienes no lo conocieron y sobre todo para mucho tiempo después que existió ese personaje.

“Tuvimos que añadirle elementos que permitan que dentro de 50 años pueda ser interpretada y las personas sepan quién era Eusebio. Por eso añadimos los libros, para que se viera que era un historiador, un intelectual y un hombre de ideas. Él fue un intelectual eminente. Y lo ubicamos en un lugar muy especial para él”.

Una escultura para perpetuar al eterno Historiador de La Habana, al intelectual, al arqueólogo, al gestor cultural, al hacedor de proyectos y a un soñador de excelencia.

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