Birán fue el punto de partida. A Birán volvió este martes el General de Ejército Raúl Castro Ruz junto a otros familiares para depositar las cenizas de sus hermanos Angelita y Ramón, en el panteón que se yergue a la sombra de los mismos árboles donde comenzará a escribirse la historia del Comandante en Jefe de la Revolución cubana.
«Angelita, la mayor de las hembras y la mayor de todos, fue hija fiel y amorosa de sus padres; Ramón, fue el único llamado a conservarse como el guardián de la tierra hasta el final de sus días», así resumió el Doctor Eusebio Leal Spengler la vida de estos hermanos durante la solemne ceremonia de inhumación.
De Ramón sobresale, además, su cooperación con el Movimiento 26 de Julio y su quehacer en la organización de una de las redes de suministros que abastecían al II Frente Oriental Frank País. Después del triunfo de la Revolución desempeñó disímiles actividades a diferentes niveles en el sector agropecuario, fundamentalmente en la rama cañera y ganadera.Por todo ello mereció diferentes reconocimientos, entre otros, el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.
Los familiares que cargaron las urnas se ubicaron delante del panteón; detrás, Raúl y la hermana Enma; luego, el resto de la familia allí reunida. Se llevaron las cenizas hasta el lugar de reposo; se escuchó un toque de silencio y resonaron las notas del Himno Nacional. En un íntimo adiós, los seres queridos fueron dejando rosas blancas junto a los nichos.