Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Fotos y texto: Thays Roque Arce
Pese a que la estancia del titular en la Isla es de solo dos días, el Señor Le Drian recorrió algunas instituciones de la parte más antigua de la ciudad de La Habana, de la mano de su Historiador, el Doctor Eusebio Leal Spengler.
Para comenzar el sitio que simboliza las relaciones culturales entre Cuba y Francia: El Templete, donde se hallan los restos del pintor Juan Bautista Vermay; además de sus maravillosos pasajes de la fundación de la otrora Villa de San Cristóbal de La Habana.
Fue durante la descripción de los tres lienzos que resguarda el pequeño templo de inspiración grecoromana, que el Historiador explicó a sus invitados el origen de la palabra Habana, y su relación con Habaguanex, así como las teorías de poblamiento de la Isla y su patrimonio autóctono, como son las palabras de origen aruaco. “Pese a que Cristóbal Colón la rebautizó como Juana, en honor al príncipe Juan, la Isla recuperó su nombre de origen aruaco ‘Cuba’ que significa ‘tierra alta, labrada, Edén”, explicó el Doctor Leal Spengler.
“Todo el continente americano quedó conmovido con la Revolución Francesa. Las revoluciones del continente deben mucho a ese cambio de mentalidad (…) Las ideas de la Revolución también están en el Caribe”, dijo el Historiador aludiendo a las influencias, de todo tipo, que ejercieron los acontecimientos en el viejo continente, especialmente aquellos ocurridos en Francia.
“Al referirse a la invasión de Napoleón a España explicó que esta “desencadenó una falta de poder del Rey sobre las colonias. Y vienen así las grandes revoluciones latinoamericanas. (…) La Habana, Cuba, ha permanecido ajena al movimiento, no ha habido aquí un levantamiento masivo pero la revolución haitiana, y la destrucción de la ciudad en consecuencia, hacen que Cuba reciba varias cantidades de emigrados franceses que llegan al oriente y occidente de Cuba, y fundan importantes ciudades y cafetales”, señaló Eusebio Leal.
“Ya en ese momento Cuba pasa a convertirse en la primera productora de azúcar. La concentración de riquezas convierte a la sociedad cubana en una intelectual”, apunto el Historiador en el recuento de los acontecimientos que desencadenaron, posteriormente, el proceso independentista cubano.
“A partir de ese momento hay tres movimientos claros: los hijos de los grandes hacendados que se han formado en Europa o en Norteamérica, quieren un cambio que sustituya a la sociedad esclavista por una sociedad de la maquinaria, el desarrollo. Hay otro grupo con una vieja forma de pensar que no quiere abolir la esclavitud – de hecho esta se va a abolir en Cuba en 1886, después de la Gran Guerra. Ya no se sostiene el régimen esclavista. Y hay un tercer movimiento que quiere cambios y reformas pero no una revolución, ni una República. Un grupo que quiere la anexión de Cuba al sur de los Estados Unidos. Esa corriente anexionista desaparece con la derrota del Sur por Lincoln, en la Guerra Civil Norteamericana”, narró el también miembro de la Academia de Historia de Cuba.
“¿Pero si el Sur hubiera ganado la historia de Cuba podría haber sido otra?”, apuntó el Señor Jean-Yves Le Drian a lo cual el Historiador asintió y evocó lo que antaño se decía “casi como un poema lírico”: “Cuba está llamada por un mandato de la providencia a ser una estrella más de la constelación del Sur”.
Sin embargo, se desató la Revolución del ’68, encabezada por una “vanguardia de intelectuales y hombres ricos que por la evolución de sus ideas, que estaban fundadas en la masonería, libre pensadora y anticlerical, querían una Cuba República”. La inspiración de los colores azul, rojo y blanco, y de las tonadas de La Marsellesa en La Bayamesa de Perucho Figueredo, luego Himno Nacional, revelan esos vasos conductores entre Francia y Cuba de los cuales se alimentó el proceso independentista.
El Director de la Red de Oficina del Historiador y el Conservador de las ciudades patrimoniales cubanas también le habló de la visita de José Martí a París, la impresión que le causó la ciudad de las luces al Apóstol Cubano, y que luego reflejó en textos como La Exposición de París, sobre el evento universal de 1889. “Allí conoce el espíritu insurgente de París. En su obra expresa que quedó muy impresionado por las dos grandes revoluciones, la de 1789 y la de 1848, y también por el Imperio y sus consecuencias en el Caribe”, rememoró.
“Cuba también es el hogar de exilio de [Francesco] Antommarchi, el médico corso de Napoleón, por eso la belleza de un Museo Napoleónico de La Habana, uno de los más completos del mundo”, señaló el Historiador incitando al canciller francés a visitarlo.
El Excelentísimo Señor Jean-Yves Le Drian siguió al Doctor Eusebio Leal Spengler a la Plaza de Armas, frente a la estatua del primer Presidente de la República en Armas, y Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes; y luego al Centro de Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, donde se celebran esos nexos, de ida y vuelta, en su máxima expresión.
El canciller francés se mostró muy interesado en el recorrido por las salas del novedoso museo que alberga el otrora Palacio del Segundo Cabo. La visita se detuvo en la muestra permanente “Naturalezas del Art Nouveau”, que exhibe testimonios del patrimonio Art Nouveau de Europa y ejemplos del patrimonio habanero relacionados con este estilo artístico. Corona el recinto un hermoso vitral elaborado por el maestro francés Auguste Labouret, y cuya reciente inauguración fue el primer evento de la tercera edición del mes de la Cultura Francesa en Cuba.
“Nuestros pueblos antiguos prehispánicos desaparecieron. Solamente nos quedan nombres toponímicos, vocablos aislados. Tenemos la cultura española, hablamos su idioma, pero fuimos llenados con el espíritu rebelde de Francia y sobre todo de su filosofía y pensamiento, y con la gran experiencia de que allí [Francia] había ocurrido todo. Por eso para entender un poco a Cuba hay que comprender que fuimos España primero y que nos quedó esa herencia impresionante del carácter, de la cultura, de la poesía y de la arquitectura. (…) En La Habana hay un poco de la historia de Europa, porque la isla de Cuba fue punto de llegada y de partida”.
La visita del Ministro para Europa y Asuntos Exteriores de Francia continuó al Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad, junto al Director de Patrimonio de la Oficina del Historiador, el Doctor Michael González.
Al despedirse del Historiador de la Ciudad de La Habana, el Señor Jean-Yves Le Drian entregó al Doctor Eusebio Leal Spengler la Medalla del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia, seguida de un fuerte abrazo.
Según informaron medios nacionales, Le Drian es el primer ministro europeo de Asuntos Exteriores que visita Cuba después de la elección, el 19 de abril, de Miguel Díaz-Canel como nuevo presidente. Su visita incluye además un encuentro con el titular cubano de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca.
En declaraciones a Habana Radio, el Ministro reconoció que su visita a Cuba responde a la demanda del presidente Emmanuel Macron para saludar a las autoridades cubanas como símbolo de las fuertes relaciones exteriores entre ambos países que deben ser sostenidas ahora que la Isla cuenta con un nuevo presidente.
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