Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Fotos: Alexis Rodríguez
Dos décadas atrás inició un proyecto editorial orientado a testimoniar la labor de restauración del Centro Histórico, sin embargo, “Opus Habana” se ha convertido también en la memoria escrita del patrimonio cubano, material e inmaterial, y sus conservadores.
El número 50 de la revista, presentada este jueves 15 de septiembre en el Aula Magna del Colegio San Gerónimo, así lo atestigua.
“La revista «Opus» cumple 20 años. Dicen que 20 años no es nada, pero es mucho tiempo, díganmelo a mí. Cada edición es un acto de creación, siempre difícil, junto al tiempo; al igual que la economía que permite la posibilidad de hacer cada número, y los colaboradores e intelectuales que participan de ella”, explicó a una numerosa audiencia el Historiador de la Ciudad, Doctor Eusebio Leal Spengler.
La publicación, dentro del panorama editorial del país, se ha distinguido por la autenticidad y exclusividad de sus ediciones, reuniendo a lo más representativo del arte y la intelectualidad de la nación. Cada número tiene una portada confeccionada por relevantes artistas de la plástica, que en esta ocasión presenta una fotografía de Tomás Sánchez, junto a una entrevista al paisajista catalogado como el más cotizado entre los pintores cubanos vivos.
Al inicio del número, el editorial “Consagración de la ceiba”, donde Leal sugiere asumir al árbol que hoy reverdece en El Templete como el inicio de una nueva etapa. Más adelante, los detalles del remplazo de este símbolo de La Habana, que generó no pocas controversias e inquietudes, pues, si bien la Ceiba había sido sustituida antes, era la primera ocasión en la historia reciente que esto sucedía.
El Historiador, jocosamente, dijo a los presentes: “Recuerdo que en situaciones angustiosas asistí a la colocación de la Ceiba del Templete. Me tocó a mí el difícil papel de anunciarle al público, aquel día de noviembre, que el árbol plantado hace más de medio siglo, había muerto. Alguien me dejó un certificado, que debía ser un acta de fe, en la cual decía que la Ceiba no había muerto, sino que había pasado a un estado de infestación por un estrés traumático”. Como se detalla en la revista, el ejemplar había sido afectado por hongo y termitas, y su reemplazo demandó añadir a la nueva ceiba, cerca de 60 metros cúbicos de tierra fértil.
Otro de las propuestas de este número es un diálogo con el compositor José María Vitier, cuya obra más célebre, la Misa Cubana dedicada a la Virgen de la Caridad del Cobre, también arriba a las dos décadas. “En esta entrevista, José María nos devela más allá de su perfil intelectual”, resumió Leal.
Junto a Fina García Marruz, a quien está dedicado el número, Vitier agradeció en el Aula Magna el homenaje del Historiador cuando expresó “esta familia de libertadores es parte de la historia de la cultura cubana”, evocando así la memoria del poeta y escritor Cintio Vitier, así como el recientemente desaparecido músico Sergio Vitier.
“Opus significa obra”, resaltó Leal una vez más, mientras sostenía la edición 50 de un empeño que rescata en cada edición una crónica del historiador maestro Emilio Roig, y en esta ocasión, publica por primera vez la genealogía del compositor del siglo XVIII cubano, Esteban Salas, junto a un resumen del recorrido del presidente Barack Obama por el Centro Histórico, a un artículo sobre la historia del Morro, símbolo por antonomasia de la ciudad, y otros trabajos que ilustran el quehacer de la restauración y de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
Durante la presentación, el editor general Argel Calcines exlicó que la revista es continuadora, en su propósito, de la publicación Orígenes y la obra que los intelectuales de la época dejaron a la posteridad, de ahí la idea de incorporar los artistas de la plástica en cada número. Pero Opus ha ampliado su horizonte y en el reverso de la portada, aparece, como de costumbre, el dibujo de un infante sobre la ciudad. Esta vez, es el de la niña de seis años, Daniella Santiesteban Mesa.
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