Leal en el corazón de sus colaboradores

Por: Ofelia Sandar Valles

Foto: Néstor Mártí

Ya ha pasado un año de la desaparición física del eterno novio de La Habana, el Dr. Eusebio Leal Spengler, pero su legado inspira cada día el accionar de los trabajadores de la Oficina que él lideró. En medio de la pandemia de la COVID-19 continúan las obras en restauración para darle su mayor esplendor a la parte más antigua de La Habana.

Pero no será de la rehabilitación de la que hablaremos en este trabajo, sino del humanismo y la perseverancia que caracterizaron al Historiador.

La joven Marbelys Giraudy, directora de la Casa de la Obra Pía, en declaraciones exclusivas para Habana Radio dijo que para hablar de Leal hay que hacerlo desde muchísimas facetas: la de maestro, vasta cultura, erudición, sensibilidad, humanismo, y “la de ese hombre elocuente que cuando hablaba te sembraba la pasión por esta obra que forjó, continuando el legado de su predecesor Emilio Roig de Leuchsenring. Hay que recordarlo como ese hombre fundador que inspira a todos los jóvenes que trabajamos guiados por su impronta”.

“La Oficina – continúa Marbelys – siempre ha dado oportunidad a las nuevas generaciones para su superación. Recuerdo cuando empecé que Leal me dijo: aquí tienes un espacio donde te puedes formar; solo tienes que tener las ganas de trabajar, de hacer por el patrimonio. Tenía una amplia capacidad de enamorarnos a todos de la obra y es lo que tenemos que continuar con los nuevos que llegan. Aquí converso con una museóloga muy joven y le digo que sienta que puede crear como mismo pudimos hacer los que llegamos muy lozanos a la Oficina del Historiador”.

“De Leal recuerdo siempre esa capacidad para dirigir, de ser líder porque más que un jefe era un líder. Cuando trabajaba en patrimonio documental tuve la suerte de hacer muchísimas búsquedas bibliográficas para el Historiador. Leal tenía una capacidad de memoria increíble. Si él leía un libro, recordaba después exactamente donde decía la frase que necesitaba le buscáramos.

”Recuerdo en la biblioteca histórica que cada vez que llamaba y decía: ‘Marbelys, mi colaboradora – porque siempre nos llamaba colaboradores en esa bondad como líder y que los que dirigimos ahora también tenemos que tener en cuenta –, en la página tal Maceo dijo tal cosa, en la batalla tal…’ Cuando encontrábamos la frase decía exactamente lo que él nos había dicho. Y se la imprimíamos porque para nada tenía que ver con la tecnología digital.

Eso me permitió también descubrir cuánto Leal veneraba a figuras cimeras de la historia de Cuba como Antonio Maceo, Máximo Gómez, Carlos Manuel de Céspedes, José Martí; o sea, eran búsquedas que él hacía asociadas a estas personalidades”, prosiguió la Directora de la Casa de la Obra Pía.

“De Leal evoco además su humildad, su sensibilidad. De cómo se desprendió de todo lo que fuera en beneficio propio y trabajó en pos del rescate del patrimonio; de cómo se ocupó de sus trabajadores, de hacer una llamada para saber cómo estábamos. Creo que esa capacidad pocos la alcanzan y tenemos entonces todos los días que inspirarnos en su ejemplo, en esa pasión, en esa perseverancia de que se puede, de que lo vamos a lograr para realmente ser leales a Leal”, finalizó.

Onedys Calvo, directora del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa, confiesa que para ser consecuente tiene que ser optimista con las ilusiones del eterno Historiador de La Habana: “Con la manera que lo soñó, cuando todos veían ruinas él vio una ciudad restaurada, vio la Habana Vieja como el centro de la vida cultural, social y turística del país y lo logró. Cómo no voy a hacer optimista”.

“Creo que además todos los que tuvimos más o menos cerca de su hacer lo admiramos profundamente, respetamos la sinceridad de sus actos y la manera en que logró todo lo que parecía imposible.

”Él siempre tuvo una visión certera donde no éramos capaces de llegar. La mayoría de las personas comunes no somos capaces de tener esa visión y esa luz, pero él siempre marcó ese camino de mirar más allá.

”Claro, el camino nunca fue fácil. Cuando yo comenzaba a señalar dificultades él me hablaba de otras que habían sido sorteadas en momentos más adversos. Lo importante es seguir ese rumbo y que los colaboradores que lo querían bien sigan su legado”, expresó Onedys.

“Cuando vine a trabajar como presidenta de la Sociedad Civil Patrimonio Comunidad y Medio Ambiente – nos comenta Martha Oneida Pérez – me dijo: tienes las puertas abiertas de mi oficina. Cada vez que necesites algo vas allí y subes a buscarme. Y así lo hice siempre que tuve necesidad, lo mismo para informarle del trabajo que estábamos realizando o cuando se trataba de cualquier asunto personal”.

“Siempre estaba preocupado por lo que exhibíamos en la Sala de la Diversidad; a veces no entraba pero sabía bien qué teníamos en exposición. Si no podía venir cuando inaugurábamos alguna muestra lo mismo me llamaba para excusarse o venía antes de la apertura como respeto al trabajo de las personas, a pesar de lo ocupado que todos sabemos que siempre estaba”, expresó.

“No se me olvida que cuando hice mi doctorado él tuvo que llenarme un aval y las palabras que puso fueron bellas. Fui a buscarlo y me dijo: este para que lo entregues en la universidad y este otro para que lo guardes en tu archivo personal. Son detalles muy importantes y me enseñó que uno tiene que guardar algunos documentos para sí”, nos narró.

“Pienso que debemos seguir siendo leales a él en cumplir cada uno con la labor que nos corresponde. Es la meta que nos queda, seguir trabajando en función de sus aspiraciones para este territorio”, concluyó Martha Oneida Pérez.

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