Leal en la obra social del Centro Histórico habanero

Por: Ofelia Sandar Valles

“El ser humano es el objeto fundamental de la obra restauradora”.
Eusebio Leal

No se puede hablar del legado del Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, sin su profundo sentimiento humanista que lo llevó a afirmar: “La obra social nunca debe ser menor que la obra artística o la de restauración”.
No era difícil verlo desandar las calles del Centro Histórico habanero y ser oído receptivo a cuanta persona se le acercaba, quizás para plantearle un problema o simplemente saludarlo, reconociendo en ello todo su trabajo en bienestar de los demás.
Muchas son las construcciones destinadas al mejoramiento de la calidad de vida de los moradores de la parte más añeja de la capital que el amparó: escuelas, centros de atención al adulto mayor – como el Convento de Belén donde muchos abuelitos han recibido y reciben el cuidado apropiado –, el Centro A+ Espacios adolescentes – en el que ese grupo etario encuentra propuestas de variado interés social y cultural…
Gracias a la preocupación de Leal por sus iguales se han favorecido en estos años miles de personas, y no solamente ha sido el beneficio individual, sino social. “El beneficio tiene tres dimensiones, el hábitat, la imagen porque también es muy importante para las personas vivir de una forma digna; y la tercera, la necesidad de una recomposición de la forma de vida en esa zona”, dijo en una ocasión quien también fuera Presidente de la Red de Oficinas del Historiador y el Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba.

En tal sentido – bajo su patrocinio – se destinó un volumen importante de los recursos generados a financiar la rehabilitación, al funcionamiento de centros que destacan por su sensibilidad humana, como el Hogar Materno “Doña Leonor Pérez”, la Clínica de Rehabilitación Infantil “Senén Casas Regueiro”, el Centro Geriátrico “Santiago Ramón y Cajal”, las viviendas protegidas para adultos mayores, solo por citar algunas.
Niños, gestantes, discapacitados, ancianos, madres solteras, o sea, los sectores más vulnerables de la población residente, encuentran apoyo en La Habana Vieja para sus situaciones particulares. Son atendidos problemas de alta sensibilidad, y se hace hincapié en el bienestar de las familias, núcleo principal de la sociedad. De igual manera, los habitantes incrementan sus ingresos, al tener prioridad en los puestos de trabajo creados en el sistema empresarial de la institución.
Leal también defendió esta máxima: “La cultura es la única fuerza salvadora. Uno puede prescindir de todo menos del conocimiento”, y en correspondencia a su pensamiento muchas obras culturales han visto la luz en el Centro Histórico de la otrora villa de San Cristóbal de La Habana que, sin dudas, han influido también en lo social.

Lyceum Mozartiano de La Habana

Entre ellos está el Lyceum Mozartiano de La Habana, donde no solo se realizan conciertos sino también está el trabajo con niños y adolescentes a través de talleres como el de apreciación de la música clásica, con el objetivo de que puedan aprender a apreciarla. La Orquesta Escuela agrupa estudiantes del ISA y de otros niveles de enseñanza, no solamente de La Habana; participan además de Matanzas, de Santiago de Cuba y Camagüey.
El también Maestro Mayor del Colegio Universitario San Gerónimo calificó a este centro como “un ejercicio cultural intenso (….) Una obra que requiere paciencia, tranquilidad de espíritu, voluntad de enfrentar dificultades y hacer la música”.

Eusebio, simplemente así, no ha abandonado sus sueños porque sus colaboradores, como solía llamar a quienes lo acompañaron siempre en sus empeños, continuarán protegiendo ese patrimonio humanista que defendió siempre junto a la conservación del patrimonio todo.

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