Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Elaine Caballero Sabugueiro / Fotos: Alexis Rodríguez
El XVII Encuentro Internacional sobre Manejo y Gestión de Ciudades Patrimoniales comenzó en la capital este martes 14 de mayo. Su inauguración oficial se celebró en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, con una conferencia magistral del Historiador de la Ciudad de La Habana, el Doctor Eusebio Leal Spengler, quien en una intervención memorable ofreció contundentes lecciones de vida.
“Parto del principio que nadie da lo que no tiene, persona u organización tiene que inspirar”, aseveró en sus palabras iniciales, para luego referirse a los antiguos usos de la Basílica, como presidio de los Carlistas – movimiento social en oposición al liberalismo que apoyaba la toma de posesión de Carlos de Borbón –, “que se hallaban cumpliendo condenas en la fortaleza de La Habana”.
Tiempo después, el templo se convirtió en correo y casa de telégrafos, posteriormente en almacén, hasta que la Oficina del Historiador le dio el destino idóneo, de acuerdo a su estructura y el esplendor patrimonial expresado en su arquitectura.
La historia del inmueble resulta impresionante para las mentes ávidas de curiosidades. Así lo confirma el Historiador: “fue el escenario de tres personalidades de la evangelización americana, San Francisco Solano, que parte de aquí al Perú, San Pedro de San José Betancourt y desde luego, Fray Junípero Serra”.
La mayoría desconoce que “en 1762 en medio de la presencia de los regimientos británicos en La Habana constituyeron, en este sitio, el primer templo anglicano. Al mismo tiempo, los oficiales de los regimientos de York fundaron la masonería libre pensadora y anticlerical en uno de esos claustros”, precisó el Doctor Leal Spengler.
Entre aquellos altos oficiales – continuó – “estaba nada más y nada menos que George Washington, entonces un oficial británico que devendría en general republicano, fundador y primer presidente de los Estados Unidos”.
En un segundo momento, el Historiador habló sobre la importancia de la historia para preservar la memoria de los pueblos: “eso solamente podemos hacerlo cuando podemos tocar piedras, estudiar papeles, enfrentarnos a la prueba que nos muestra el arqueólogo, el erudito, el paleógrafo, el geógrafo, el naturalista”.
Sus próximas palabras estuvieron dirigidas a quienes se dedican a la salvaguarda del patrimonio cubano, ya que “en medio de una revolución social de profundas y trascendentes consecuencias como la nuestra, este tipo de trabajo en principio provoca serias desconfianzas. Es como si estuviéramos predicando o diciendo que todo tiempo pasado fue mejor. Nada menos cierto; pero no se puede ir al futuro sino desde el pasado”, afirmó el Historiador de La Habana.
Al crearse la Oficina del Historiador como un alegato en pro de la memoria, el doctor Emilio Roig de Leuchsering “trazó un proyecto de preservación, pero también un proyecto de trasmisión de la palabra viva”, destacó.
Si comparamos la parte más antigua de la capital con imágenes de años atrás, la esencia es la misma, pero la vida cultural de la ciudad ha aumentado y con creces, porque “la experiencia singular de La Habana Vieja, tal y como la definió la Unesco, estriba en que en América Latina se puede explicar este tema de la gestión como punto de partida y fuente de inspiración para toda la ciudad”, reconoció el Maestro Mayor del Colegio Universitario de San Gerónimo.
En cuanto a la labor humanitaria de la OHCH, destacó los dos nuevos centros educaciones inaugurados en 2018, así como los resultados exitosos de las escuelas taller, donde miles de jóvenes desvinculados de los estudios han encontrado un poderoso asidero de conocimientos. La misma experiencia académica se repitió en varias de las urbes que conforman la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba.
La OHCH también ha ofrecido empleos dignos a cientos de profesionales y en estos diez años se les ha entregado viviendas a cerca de once mil familias, a lo cual se suman centros de salud para personas de la tercera edad, con discapacidad, sin dejar a un lado el fenómeno social conocido como población en riesgo.
La meta es trabajar para “crear no alumnos, sino discípulos”, señaló el Historiador, quien asegura la existencia en La Habana de los más heterogéneos estilos arquitectónicos.
“De pronto se sale de la mano de Barcelona por la calle Reina o por la Plaza Vieja y se entra en Bruselas por otro edificio, o se pasa a invenciones increíbles que adornan las casas del Cerro, Luyanó o cualquier barrio de La Habana, aun el Vedado tan neoclásico, un discurso diferente de un tiempo nuevo”.
Otro de los logros en el Centro Histórico ha sido el traslado de las instituciones fundamentales del Estado hacia esta parte de la ciudad, dígase la Asamblea Nacional del Poder Popular con su sede en el Capitolio. Sobre la restauración del emblemático inmueble cubano, la calificó de “épica”, justo en el momento oportuno en que debió ejecutarse: cuando La Habana cumplirá 500 años.
Durante la ceremonia de inauguración dedicó palabras de elogio a tres maestras que dejaron una profunda huella en el Doctor Leal y a quienes conoció en plena labor educativa en La Habana Vieja. Ellas son la poeta Rafaela Chacón Nardi, María Álvarez Río y Haydée Arteaga.
Dentro del conjunto de obras por el medio de la ciudad, el Historiador informó sobre nuevas viviendas en la calle Lamparilla, a lo cual se suma una escuela, gimnasio y residencia de ancianos.
Antes de finalizar recordó tres sentimientos que debemos apartar de nuestras vidas: la ingratitud, la envidia y la vanidad. El hombre no crece si es dominado por estas emociones nocivas.
La Camerata Romeu puso fin a la ceremonia de inauguración. Con la destreza artística que caracteriza a la orquesta, interpretaron varias piezas cubanas y universales.
El XVII Encuentro Internacional sobre Gestión de Ciudades Patrimoniales tendrá numerosas ponencias sobre La Habana. Pensar a la capital en sus cinco siglos de vida es un deber de los intelectuales y cubanos todos por igual.
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