Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
En marco del XX Seminario Nacional de Escuelas Asociadas a la UNESCO que hasta el próximo viernes sesiona en la capital cubana, el Dr. Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad de La Habana ofreció una conferencia donde resaltó la importancia de los pedagogos en la formación y el rescate de los valores identitarios de la cultura cubana.
Los representantes de alrededor de 76 escuelas de todo el país que asisten a este Seminario cuyos objetivos son la capacitación de los maestros, la socialización de las mejores prácticas educativas de las escuelas en Cuba y proyectar y planificar las acciones para el próximo año, compartieron con Leal la idea de que “el papel del maestro en la sociedad es determinante y esa labor magisterial solamente puede realizarse a partir de una vocación y un llamado”.
“El concepto de emergencia en el magisterio es por su naturaleza temporal –continúo el Dr. Leal. Somos maestros emergentes porque ocurrió una emergencia social de maestros ante una realidad: la educación gratuita universal y laica, gran conquista de la sociedad cubana, conquista republicana que ya fue aspiración de los padres fundadores en 1868 en su mayoría hombres de pensamiento e intelectuales.”
En este sentido el Historiador alertó sobre las características que debe poseer y cultivar un educador. “El maestro requiere una formación, una avidez por la lectura, el conocimiento de la naturaleza y el entorno, por crear buenas costumbres que comienzan con las formas en que hablamos y nos dirigimos a los demás. El maestro tiene que darse su lugar, enseñar y ejercer lo que llamamos la docencia”.
“Cuba tiene una escuela pedagógica, en la medida en que nos acercamos más a esa escuela que no es memorística sino razonada, como previó el venerable Félix Varela; Varona, el insigne pedagogo cubano o el maestro de maestros José de la Luz y Caballero; será más objetiva la preparación de los alumnos para el cultivo y ejercicio de la libertad, el conocimiento y la cultura. Tenemos que hacerlos mujeres y hombres de lectura, que sean capaces de dialogar, de convencer, de persuadir y amar. Eso solamente puede realizarse en ese tiempo de la vida en que uno está como una planta verde. Es el maestro, que no puede en forma alguna suplir el hogar, el que tiene la tarea de complementar lo que los padres han hecho primero. En vano sería echar sobre las espaldas del maestro la responsabilidad social de la ausencia de una familia”.
De aquí que en las actuales circunstancias en que vive el país los procesos educativos deben estar en sintonía con las necesidades de la sociedad. “No se trata solo de luchar por reivindicaciones de carácter material aunque ese sea parte del problema –confirmó Leal. Por encima de lo material están los valores. Los valores comienzan desde lo más sencillo y elemental hasta lo más complejo del alma humana. El concepto del nosotros solo se logra a partir de la educación. Si nos conformamos con repetir viejas fórmulas no es posible lograr los propósitos”.
“Los maestros –concluyó- fueron (y son) los depositarios del sentido patriótico, de la modestia proverbial y de la grandeza de la sociedad cubana”.
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