Maestro y Apóstol, Cuba te agradece

Por: Yoel Lugones Vázquez / Fotos: Alexis Rodríguez

Montado en su corcel, frente al mar; con la firmeza y convicción de sus ideas, aun en el instante de la muerte; con su rostro impasible y preocupado a la vez. Líneas fuertes y suaves al mismo tiempo, detalles que engrandecen, majestuosidad de una figura. Cuántas cosas pudieran decirse de este conjunto monumentario enclavado en el “Parque 13 de marzo”, pero la más importante: ya todos, cubanos y extranjeros, podemos ante esta nueva imagen del Apóstol de Cuba venerarlo, respetarlo y confirmar que su grandeza forma parte de nuestras vidas diarias.

La fecha del 28 de enero de 2018 quedará registrada en la historia. Ha sido el día, y como una especial salutación al aniversario 165 del natalicio de José Martí, en que ha quedado develada oficialmente su única estatua ecuestre en Cuba, réplica de la original enclavada en el Parque Central de Nueva York y obra de la artista estadounidense Anna Hyatt Huntington. Un ciclo largamente acariciado por el Historiador de la Ciudad de La Habana, Doctor Eusebio Leal Spengler, por amigos estadounidenses y de otras partes del mundo, y por todos los que amamos y veneramos esta Isla, ha tenido un cierre que se traduce en un principio.

Justo en este emblemático espacio tuvo lugar la ceremonia oficial que estuvo presidida por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba. Presentes también dirigentes del Estado, el Partido y el Gobierno de la Isla, una representación del Cuerpo Diplomático acreditado en Cuba y de la alcaldía de la ciudad de New York, del Museo del Bronx, cubanos residentes en Estados Unidos y ciudadanos estadounidenses que generosamente contribuyeron a la realización de este proyecto.

El Historiador de la Ciudad de La Habana pronunció las palabras centrales del acto, quien comenzó expresando que hoy se recuerda la devota gratitud a los padres fundadores de nuestra patria: “En esta mañana en que se cumple el 165 aniversario de su nacimiento no lejos de aquí, en la calle de Paula, evocamos a José Martí en el acto de su supremo sacrificio por la causa que escogió como una motivación para su vida. La obra de la insigne artista norteamericana Anna Hyatt Huntington lo evoca”.
“Hay serenidad en su rostro. Hay hermosura en el conjunto en que la bestia pisotea yerbas y lirios, quizás evocando aquellas palabras que siempre consideré la íntima premonición de su sacrificio: Mi verso crecerá bajo la hierba y yo también creceré. Es la escena del 19 de mayo de 1895. Pero hoy precisamente no nos detenemos a contemplar la muerte que él consideró como un acto necesario. No es verdad, dijo, cuando se ha cumplido bien la obra de la vida. O cuando ella, como también afirmó, se constituye en un carro de gloria, no venimos hoy con tristeza y apocamiento ante su monumento”, afirmó Leal.

El Historiador señaló coincidencias históricas de alta valía para los cubanos: 165 aniversario del natalicio del Apóstol y de su bautizo en la Iglesia del Ángel – muy cerca de la estatua –, 150 aniversario del inicio de la guerra de liberación y por la independencia absoluta, el 60 aniversario de la victoria de la Revolución Cubana – a conmemorarse el próximo año – y todo ello incluido en el 500 aniversario de La Habana, “ciudad que fue testigo y protagonista de algunos de los acontecimientos más notables de la historia de Cuba y de América”.
Mención especial por parte del Historiador para Holly Block, la cual prestó su nombre y su institución del Museo del Bronk como plataforma para que Cuba pudiera recaudar los fondos necesarios para la fundición de la escultura.

“Me alegra extraordinariamente que podamos los habaneros disfrutar hoy de una obra tan bella y tan poéticamente inspirada”, sentenció Leal, quien también recordó cómo miles de jóvenes cubanos, durante la noche anterior, descendieron de la colina universitaria con antorchas “para rendir hermoso tributo al Maestro, al Apóstol, como le llamó Fidel conmovidamente cuando en su defensa afirma, protesta y señala: Cuba, qué sería de ti si hubieses dejado morir a tu Apóstol”.
“Autor de la unidad – continuó –, no pudo verla concluida. Por eso hoy, cuando nos acercamos ante este monumento rendimos culto aquellos que hicieron posible que tus ideas prevalecieran más allá de la muerte. A las legiones que sufrieron y padecieron buscando un camino para Cuba; para esta Cuba actual para la cual luchamos”.

“Te agradecemos, Maestro y Apóstol, por tu vida breve y generosa. No has muerto. Vives en nuestro corazones (…) Maestro, hemos cumplido. Cuba te agradece. El pueblo cubano todo deposita ante ti una ofrenda de flores, y estos signos, y estos trenos recuerdan que tu sacrificio no fue inútil. Hace un instante, la bandera nacional flota en lo alto del monumento. No hemos seguido la práctica habitual, renunciando un poco a la tradición de arrebatar un velo – sería inmenso –. Hemos preferido que sea la bandera la que se levante sobre el cielo azul de Cuba cuando aun el sol no ha tocado nuestros ojos ni se ha levantado por las tierras de Oriente, esas tierras que por primera vez viste después que regresaste a Cuba. Bendito seas, Maestro”, concluyó Leal.
En el acto también hicieron uso de la palabra Joseph Mizzi, Presidente de la Junta de Fideicomisarios del Museo del Bronx – institución que ha coordinado este esfuerzo de traer a Cuba la réplica de la estatua – y José A. Velázquez, representante de la alcaldía de New York, ciudad que acoge la efigie original.

Ahí se levanta el Apóstol, frente al mar; cerca de otro grande de la independencia cubana, Máximo Gómez, y del Museo de la Revolución. La Historia es una sola: la hacen los hombres buenos, la construyen los pueblos y venerar a los próceres es no perder nuestra memoria histórica. Veneremos, pues, frente a esta estatua a nuestro Martí, el hombre que nos guía y nos enseña a cómo ser mejores cubanos.

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