Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Ana Lidia García Hernández / Fotos Alexis Rodríguez - HR
En conferencia de prensa este 23 de junio, en la sede de la Oficina del Historiador de La Habana, el Dr. Eusebio Leal Spengler ofreció detalles sobre la donación al Museo de la Ciudad de La Habana de un fusil propiedad del Mayor General del Ejército Libertador, Antonio Maceo Grajales. El arma fue entregada recientemente en Suecia al embajador cubano, Francisco Florentino, después de haber sido conservada en el Museo Municipal de la ciudad de Eskilstuna. A partir del próximo 26 junio se expondrá en la Sala de las Banderas del Museo de la Ciudad.
Según informó el sitio web oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, en la ceremonia de entrega del preciado objeto acontecida a finales de abril, el Dr. Nils Mossberg – Director del Museo de Eskilstuna –, explicó que durante su exilio en Costa Rica en la década de 1890, Maceo mantuvo una gran amistad con el ingeniero en minas sueco Ake Sjögren, quien laboraba entonces en la “Costa Rica Pacific Gold Mine”. Esa mina, comentó, estaba cercana a la colonia agrícola en la península de Nicoya, creada por Maceo y otros patriotas como base para la actividad revolucionaria y centro de producción. En sus frecuentes intercambios, Sjögren conoció del dominio que el cubano tenía de su fusil.
Por su parte, el diplomático Francisco Florentino relató que cuando José Martí convocó a la “Guerra Necesaria” y Antonio Maceo abandonó Costa Rica el 15 de marzo de 1895 por Puerto Limón, dejó como símbolo de aprecio al sueco, su moderno fusil Winchester 1 873 de repetición, el cual usaba durante su estancia en la nación.
La Sra. Sussanne Nickel, encargada de colecciones y antigüedades del Museo Municipal de Eskilstuna, hizo referencia en el acto de entrega al funcionario cubano en el país nórdico, al esfuerzo realizado por localizar la pieza. Como antecedente señaló que el fotógrafo sueco Anders Rising, quien reside en Cuba, se ocupó de trasladar una carta del Dr. Eusebio Leal, Historiador de La Habana, con una solicitud oficial al Director del Museo para el regreso a la Isla del histórico objeto.
El museo, que radica en una antigua fábrica de armas y que ya no las exhibe, tras una larga búsqueda logró localizarlo, y sus especialistas comprobaron que la propietaria era lady Eva Wilson, nieta de Sjögren, quien actualmente reside en la Isla de Man (Reino Unido).
Siguió entonces contactar a la Wilson, quien al ser consultada sobre el hecho trasladó por escrito que su padre, Gunnar Sjögren, le expresó antes de morir el deseo de que el fusil se entregase al pueblo cubano. A tal efecto, la señora escribió cartas al Dr. Leal, al Embajador cubano en Suecia y al Director del Museo de Eskilstuna, autorizando, como propietaria del arma, que se hicieran los trámites con las autoridades suecas para el regreso del arma a Cuba.
Todo este proceso, aseguró Leal en el intercambio con los periodistas, demoró aproximadamente dos años, periodo en el que fueron necesarias diversas gestiones y permisos oficiales para que finalmente lograra exponerse la pieza en el Museo de la Ciudad de La Habana, institución que atesora más de una veintena de objetos personales del Titán de Bronce: el revólver utilizado por el patriota durante la Guerra de los Diez Años; el reloj, la billetera y el pasador que llevaba en su caída en combate; el espadín de gala que usaba en Costa Rica, entre otros, forman parte de estos fondos.
El también Director de la Red de Oficinas del Historiador y el Conservador de Ciudades Patrimoniales Cubanas, se refirió de igual forma al prócer de las luchas por la independencia de nuestro país e imaginó ante los presentes en la conferencia el momento en que regalara el fusil: “surge ante mí la imagen del caballero distinguido que fue y aparece el instante en que le dice al señor Sjögren: guarda esto en recuerdo mío. Es un acto propio de su persona; Maceo era un hombre elegante, que hablaba en voz baja, que no fumaba ni bebía, que gustaba del pañuelo y del agua de colonia”.
Largo camino de indagación y consulta se siguió también para recuperar la montura del Mayor General, que hoy engrosa la lista de sus pertenencias en el Museo, otrora Palacio de los Capitanes Generales. El Dr. Leal resaltó las labores cotidianas de recuperación de objetos o de investigación sobre figuras cumbres de la historia nacional que se llevan a cabo en la Oficina del Historiador de La Habana. En especial, rememoró el proceso de búsqueda en España y posterior inhumación en la Necrópolis de Colón de los restos de Emilia Teurbe Tolón, la matancera que bordó con sus manos la bandera que sirvió de muestra para la elaboración de la insignia que enarboló el ex general del ejército español Narciso López en su desembarco por Cárdenas.
El Historiador destacó también el regreso a Cuba en 2010 de la bandera conservada celosamente por el insigne patriota Juan Manuel Macías, amigo y fiel colaborador de Narciso López. Según el testimonio de los involucrados, al retirarse el contingente ante el fracaso de la expedición en 1850, Macías recibió una bandera cubana de manos de otro integrante de la expedición, el Coronel O´Hara, del regimiento Kentucky. Con esa insignia regresó a los Estados Unidos de Norteamérica. El objeto fue legado a la familia Touceda por espacio de 159 años, debido al vínculo matrimonial contraído entre la hija del Coronel Macías, Alicia Macías y Brown y Antonio Touceda.
“Nuestra tarea es restaurar, reconstruir, porque en el pasado descansan valores fundamentales de nuestra historia. Tenemos que mostrar pruebas de lo que fue para que las personas sientan confianza en el destino de su país”, alegó Leal. Asimismo, se refirió a la importancia del donativo relacionado con el Titán de Bronce, precisamente en el año en que celebramos el aniversario 120 de su desembarco por Duaba y el bicentenario del nacimiento de su madre Mariana Grajales, la gran patriota, a quien se rinde tributo en el parque situado en 23 entre C y D, en el Vedado capitalino, que actualmente es sometido a un proceso de restauración.
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