Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Thays Roque Arce
Fotos: Alexis Rodríguez
En la mañana de este 9 de octubre tuvo lugar, en el Aula Magna del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, la Sesión Solemne de la Academia de Historia de Cuba para recordar la importante fecha del 10 de octubre de 1868. Aquí fue entregado, por primera vez, el reconocimiento Académico de Honor, concedido al Historiador de la Ciudad de La Habana, Doctor Eusebio Leal Spengler.
Su elección, de forma unánime, se realizó en la sesión plenaria del pasado 9 de septiembre de 2019, momento en el cual también se decidió que la entrega fuera en la víspera del 10 de octubre luego del tradicional acto de la Plaza de Armas, en el aniversario 151 del inicio de las gestas independentistas; y en el año 500 de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana.
El acta de entrega, leída por el Doctor Eduardo Torres Cuevas, Presidente de la Academia de Historia de Cuba, reconoce la “consagración de Leal Spengler al rescate y conservación del patrimonio nacional y en especial de la Ciudad de La Habana, sus aportes a la historiografía cubana, su vocación cespedista y martiana, y en general, la obra de toda su vida, así como su contribución determinante a la refundación y funcionamiento de la Academia de la Historia de Cuba”.
El investigador cubano también exhortó a los miembros de la Academia presentes en la sala a indagar en la obra y el impacto del Historiador de la Ciudad: “Hay que estudiar a Eusebio. Tenemos que tener un acercanmiento que no sea el simple de la amistad, sino el estudio de una obra que tiene una lógica, y que fue capaz de construir la historia no solo en letras, también en piedra”.
Por su parte, Leal Spengler no pudo evitar, aunque tremendamente conmovido, recocer que no ha estado solo en el bregar de su obra. “Cese toda lauda y palabra. La obra está pero no es mía. Un poeta la puede escribir en un momento de iluminación frente a una página en blanco, un genio lo puede hacer sobre un pentagrama musical. Pero uno que restaura tiene que partir de la voluntad política de un Estado. El Estado cubano en el que viví y al cual he servido con lealtad”, reconoció el Historiador, como hace en cada oportunidad, ante el apoyo indiscutible del gobierno y los líderes del país; sin ellos efectuar y completar el trabajo no hubiera sido posible.
Asimismo, llamó a los académicos a rendir culto a “esas divinidades que nos precedieron en el tiempo”. “Que no se apague nunca la fe en Heredia, en la Avellaneda distante, en los que fueron nuestros predecesores: Portuondo, Hortesia, Franco, Guy, todos aquellos a los que quisiera recordar ahora, y a los que tuve el placer de conocer y saludar”.
El Doctor Eusebio Leal Spengler destacó en su intervención pasajes de su vida que le llevaron al hombre que es hoy, resuelto en deber cumplido. “Hijo de su tiempo”, se reconoció como un eterno autodidacta, rebelde cuando había que serlo, incansable en el empeño de mantener bien alto el nombre de la institución fundada por Emilio Roig de Leuchsenring. El joven de fe, llamado a sí mismo a crear y preservar, “porque el hombre es el único ser vivo que destruye lo que crea”.
“Respetemos la necesaria locura que tiene cada generación y cada individuo para contribuir aunque sea humildemente a la historia”, concluyó.
El Artículo 16 de la Academia de Historia de Cuba, referido a la entrega de la condición de Académico de Honor, plantea que la misma se ortorgará a aquellas personalidades cuyo prestigio se asienta en una obra de reconocida significación para los estudios históricos, y que hayan realizado una notable contribución al desarrollo de la cultura cubana.
El Instituto de Historia de Cuba, de manos de su presidente Yoel Cordoví, aprovechó la oportunidad para reconocer la labor del Doctor Eusebio Leal Spengler y su entrega por seis décadas a la Oficina del Historiador de la Ciudad en su misión de salvaguarda del patrimonio cubano.
La cita sirvió como sentido homenaje del colectivo de la Academia al también miembro de número de la institución. Intervinieron la Doctora Alicia García Santana, Académica de número de la Academia de Historia de Cuba, quien resaltó algunas de las obras más importantes llevadas a cabo por el Historiador de la Ciudad en sus 60 años en la Oficina, y la pauta de un sistema de trabajo capaz de convertir a la Ciudad de La Habana en maravilla universal, reconocida por la UNESCO. Mientras la la Doctora Araceli García Carranza, Especialista del Departamento de Investigaciones de la Biblioteca Nacional de Cuba, tal como se consagró a la figura de Roig Leuchsenring, lo ha hecho también con su continuador. La también escritora detalló la investigación de las obras escritas, habladas, apariciones e intervenciones de Leal, en lo que constituye un riquísimo patrimonio bibliográfico sobre la historia y la cultura cubana y universal, y de necesario estudio constante.
Presidieron el acto el Doctor Eduardo Torres Cueva, el Doctor Gustavo Placer Cervera, Secretario de la Academia de Historia de Cuba (AHC), y los Doctores Félix Julio Alfonso López y Mercedes García Rodríguez, ambos miembros de la Junta Directiva.
La misión fundamental de la AHC, como máxima autoridad en la investigación, estudio y promoción de la historia en el país, es salvaguardar el legado histórico cubano; en razón a ello cultiva, fomenta, promueve, divulga y verifica el estudio de la Historia de Cuba, con el fin de proclamar la verdad histórica de la nación y reafirmar la identidad nacional.
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