Trasladan restos del patriota Eusebio Hernández a panteón de honor del Cementerio de Colón

enero 19, 2011

Por: Eusebio Leal Spengler

[Con la presencia de José Ramón Machado Ventura, primer vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba, del general de Ejército Ramón Espinosa Martín, viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y otras altas personalidades, se efectuó en el Cementerio de Colón el traslado de los restos del patriota y médico cubano Eusebio Hernández al Panteón de Veteranos de las Guerras de Independencia a 158 años de su natalicio.]
El Dr. Eusebio Leal, historiador de la Ciudad de La Habana, trazó un recorrido por la hoja de vida de quien es considerado el Padre de la Obstetricia en Cuba y cuya entrega a la emancipación patria lo vinculó a José Maceo, Máximo Gómez, Calixto García, y, ya en la vetustez, a Julio Antonio Mella, en su empeño por llevar adelante la Reforma Universitaria y la creación de la Universidad Popular José Martí.
Recordó que tras la caída de José Maceo, Hernández pasó nuevamente al servicio del generalísimo Máximo Gómez, con quien intervino en numerosas acciones. Asimismo, Leal remitió a la participación del patriota en la Asamblea del Cerro y a su ascenso al grado de general de brigada del Ejército Libertador de Cuba a propuesta de un conjunto de generales y viejos compañeros de armas. Salió a la luz, también, el manifiesto al pueblo cubano escrito en 1912 por Hernández, en el cual señalaba tristeza por legiones de niños muertos en las edades más tempranas, el abuso y el abandono de la mujer y la pobreza del campesinado.
Otro momento especialmente emotivo fue la alusión al regreso de las cenizas de Julio Antonio Mella a Cuba y la última guardia de honor, realizada por el revolucionario Juan Marinello y el casi octogenario profesor entre tiros que deshicieron las coronas. El Historiador de La Habana reprodujo la evocación del ensayista y poeta cubano a propósito de la dignidad con la que el anciano combatiente resistió el embate de las fuerzas policiales.
Leal se remitió a la labor de Hernández desde las aulas, heredera de su paso en 1890 por la Clínica Baudelocque, en París, que dio abrigo a los más avanzados estudios de Ginecología y Obstetricia, y donde, recordó, se establecía una plataforma para la atención a las clases desposeídas, precursora de los sistemas modernos de asistencia médica.
Describió la imagen de Hernández como médico del Estado Mayor en distintas acciones de las tropas mambisas y se refirió a su condición de miembro de la comisión que redactó la Ley de Sanidad Militar del Ejército Libertador.
Leal destacó la justeza del tributo, y señaló la necesidad de que el recuerdo de los héroes sea ejemplo y virtud viva para las generaciones futuras.

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