Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Thay Roque Arce / Fotos: Alexis Rodríguez
Las obras de construcción del Castillo de San Salvador de La Punta se iniciaron en el año 1590 y se concluyeron hacia 1593 sobre la línea de costa, directamente expuesto a los embates del mar. Con la construcción de la Avenida del Puerto, el Paseo del Prado y el Malecón habanero, los niveles del terreno a su alrededor se elevaron, lo que trajo como consecuencia su parcial ocultamiento.
Pero los afanes constantes que generan la vida en la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana se han propuesto devolver a este sitio su belleza y misión principal: eterno vigilante de nuestra ciudad que hoy arriba a su 496 aniversario.
El Doctor Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana, estuvo al frente del recorrido por las instalaciones de la otrora fortaleza española para conocer sobre el proceso de finalización de las obras antes de la reapertura oficial al público. El Director del Museo de San Salvador de la Punta, Antonio Quevedo, aprovechó la oportunidad para explicar el estado actual del inmueble luego de su intervención, la devolución de los detalles originales del Castillo del siglo XVI y el acabado de algunas bóvedas de la instalación.
“Muchos elementos pertenecientes a la primera vida de la fortificación como museo se mantienen intactos”, comentó Quevedo refiriéndose al cierre del entonces museo de Arqueología Subacuática y Naval en el año 2005, tras los daños severos que dejaron a su paso los embates del huracán Wilma.
Es por eso que “el Castillo no va a llevar una colección que sea vulnerable nuevamente”, acotó el Historiador, y en tal sentido se erige en esta oportunidad como museo de sitio, con la intención de que aquellos que los visiten conozcan cómo funcionaba una fortaleza de este tipo, las funciones de sus espacios y la vida en el interior. ¿Qué es una plaza de armas? ¿Qué es un cuerpo de guardia, un aljibe? Son algunas de las preguntas que responde el proyecto museográfico, que atiende con especial énfasis los detalles del armamento de la época y su disposición para proteger la entrada de la bahía como parte de su sistema defensivo.
“El Castillo de La Punta es uno de los tres –junto a los Tres Reyes del Morro y La Real Fuerza– y recibe su nombre por su forma: uno de los caballeros entra en el mar mientras que los otros tres permanecen en su sitio. Tiene como hermosa particularidad la firma del ingeniero italiano Juan Bautista Antonelli, colocada en una piedra, que lo distingue. No todos los castillos tienen ese privilegio, estar firmados por su constructor”, aseveró el doctor Leal ante el grupo de colaboradores, periodistas, y responsables de las distintas direcciones que conforman la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.
“Alrededor de él hay toda una leyenda épica: durante la toma de La Habana por los ingleses, y aun antes. Fue aquí donde el capitán Melchor Sardo de Arana recibió por vez primera a la Virgen de Regla, y fue el lugar donde estuvo antes de ser llevada al Santuario”, recordó.
En la restauración efectuada entre 1998 y 2002 fue un objetivo principal rescatar las verdaderas dimensiones del castillo y se localizaron evidencias histórico-arqueológicas que hoy se muestran y constituyen un importante testimonio de las transformaciones efectuadas en este sitio.
“Se logró salvar ese jardín gentil de la entrada, que recibe al visitante con las piezas de artillería originales. Felicito a todos los restauradores, conservadores y museólogos que han cuidado de esta fortaleza a lo largo de los años, tan dañado cuando tenía una exposición realmente bella pero que el mar no respetó”, observó Leal en sus palabras.
El Historiador de la Ciudad llamó en su intervención a considerar al Castillo de San Salvador de la Punta como un espacio vivo, de interacción y confluencia, exponente de un diálogo entre lo antiguo y lo moderno. Que en un futuro podrá acoger conciertos, charlas, conferencias, talleres y exposiciones. En tal sentido ya se encuentra en una de sus áreas la obra “Cubo Azul”, de la autoría de Rachel Valdés Camejo para la 12ma. Bienal de La Habana.
A propósito de este “zafiro azul” como le ha bautizado Eusebio Leal, Habana Radio conversó con la joven artista cubana: “Estoy muy contenta por tener la posibilidad de dejar una pieza permanente como esta, una intervención pública que fue creada precisamente para La Habana, y que en su primera exposición fue muy emotiva, y aglutinó a su alrededor experiencias sensoriales fuertes que se vivieron durante la Bienal”.
“Estoy feliz de compartir nuevamente mi “Cubo Azul” con el público en un espacio donde se le pueda visitar constantemente, y con tanta historia como es el Castillo de la Punta. Es una gran oportunidad, la meta de todo artista: dejar instalada una pieza por siempre para el disfrute de todos”, confesó Rachel.
Como resultado del esfuerzo de varios años, el Museo Castillo de San Salvador de La Punta acogerá nuevamente a un público deseoso por viajar al pasado. Renuente a desaparecer de su sitio, se enfrenta a tormentas naturales y humanas, para saludar cada año el aniversario de su más agradecida protegida: la villa de San Cristóbal de La Habana.
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