Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Por: Thays Roque Arce
Este martes 11 de junio se inauguró, en horas de la tarde, una nueva exposición en las verjas del Castillo de la Real Fuerza sobre la historia del Buque Real Vasa, el único barco del siglo XVII que ha sobrevivido a nuestros días.
Dicha acción cultural incluyó la proyección de un material audiovisual que testimonia la construcción, el hallazgo y la conservación del impresionante buque. En la Sala Polivalente del Centro para la Interpretación de las Relaciones Culturales Cuba-Europa se desarrolló también un intercambio entre el Historiador de la Ciudad de La Habana y el Excelentísimo Señor Jonas Lovén, Embajador de Suecia en Cuba, encargados de guiar a los presentes por la historia que motivó dicha exposición.
El Vasa, “fue motivo de una gran expectación mundial, a partir del momento en que se halló, hundido en el puerto de Estocolmo, y las labores monumentales, nunca antes empleadas, para el rescate de esa nave intacta”, expresó Leal.
“Es un elemento prominente en la historia nacional de Suecia, un fiasco militar que se convirtió en una gran aventura que ahora ha quedado como patrimonio cultural de la nación”, dijo por su parte el Excelentísimo Señor Embajador de Suecia en Cuba en su intervención.
“Este gran buque de guerra se terminó de construir en 1632, un momento en el que Suecia tenía grandes pretensiones regionales”, narró el Embajador. “Su eterno rival era Dinamarca, país con el que mantuvo tantas guerras que no existen otros en el mundo que superen la cantidad de sus enfrentamientos. El Vasa fue la gran inversión que iba a determinar nuestra relación con los daneses finalmente, pero resulta que en ese país se estaba construyendo otro buque de guerra. El barco del enemigo tenía dos niveles de cañones y el Vasa solo uno. El Rey [Gustavo II Adolfo Vasa] decidió entonces que se debía igualar al contrario lo que desequilibró al barco y lo hundió a mil metros de la orilla, en medio del puerto de Estocolmo”, narró el Embajador.
El Vasa era uno de los buques más fuertemente armados de Europa. Podía alojar a 450 personas, 300 de las cuales eran soldados. En las dos cubiertas de baterías se cargaron 64 cañones y pesaba un total de 1200 toneladas. Cuando se terminó, fue el navío de guerra más poderoso jamás construido. Y precisamente su poder lo hizo sucumbir ante las ráfagas de viento que azotaron en su primera salida.
Permaneció en el fondo de la entrada del puerto de Estocolmo durante 300 años. No fue hasta agosto de 1956 que el experto en naufragios Anders Franzén lo localizó. En 1959 se llevó a cabo la fantástica aventura de izar el barco por sobre las aguas y dejarlo suspendido hasta que se pudiera reparar el casco para que flotara de nuevo.
El Museo del Vasa, en Estocolmo, se construyó expresamente para exponer el barco, único tan antiguo y de este tamaño conservado en el mundo. El barco en su 98% cuenta con todas las piezas originales, que fueron rescatadas una a una por los buzos, de entre el lodo que preservó al gigante tras su descenso. La institución, que se encuentra en la isla Djurgården, es la que atrae a más visitantes de toda Escandinavia. “Un museo de jerarquía mundial”, la calificó el Doctor Leal.
Precisamente la exposición que se encuentra en las verjas del Castillo de la Real Fuerza narra las diferentes etapas de la vida del Vasa, desde su construcción, el hundimiento, el hallazgo y su confirmación, el plan de salvamento y el hito de una excavación marina de tal envergadura, los retos de la conservación y restauración del Vasa que aún hoy siguen siendo preocupación para los responsables de su cuidado.
Sobre el trabajo del Señor Jonas Lovén en el intercambio cultural entre ambos países, a través de las instituciones que ambos representan, expresó: “Su labor en el orden del acercamiento entre los intereses culturales entre Suecia y Cuba, y otros, ha sido muy determinante para la Oficina del Historiador. Hemos logrado hacer cosas realmente importantes y trascendentes para la conservación de la memoria histórica, y para evocar a científicos y personalidades que jugaron un papel decisivo en la historia recíproca de ambas naciones”.
“Una de las aspiraciones mayores fue esta exposición, un gesto que puede parecer sencillo, pero que requirió un movimiento de fuerzas para lograrlo”, continuó el Historiador. Es solo el comienzo de una relación intensa con ese Museo [del Vasa] que tendrá una vida privilegiada con el Museo Castillo de la Real Fuerza de La Habana, donde está la memoria de los pecios, los grandes naufragios y la inmensa aventura americana”.
Leal aprovechó su alocución para recordar la generación de arqueólogos cubanos que intervinieron en el rescate de todo lo que hoy, como parte del patrimonio nacional, se expone en las bóvedas del Real Castillo.
Los planes son que la exposición de infografías que se encuentra en las verjas, recorra el país gracias a la Red de Ciudades Patrimoniales de Cuba, “de tal manera que se pueda exponer en Santiago de Cuba, bahía famosa por tener una serie de naves hundidas que corresponden al período moderno; y también en Cienfuegos y Trinidad, cerca del puerto de Casilda, donde también se encuentran no pocas naves”, dijo el Historiador de la Ciudad.
Al respecto, el Señor Jonas Lovén aseguró el interés de desarrollar una colaboración entre los especialistas de patrimonio subacuático de Cuba con el Museo Vasa y sus expertos, “que esperamos poder traer en un intercambio por el rescate de objetos del fondo del mar”.
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