Eusebio Leal Spengler ~ Historiador de la Ciudad de La Habana ~
Fotos: Alexis Rodríguez
Por estos días, en la Plaza de Armas, se desarrolla una intensa labor con motivo del aniversario de la fundación de La Habana, el próximo 16 de noviembre. Y sobre esto, siempre me preguntan, y es necesario aclarar que cuando hablamos de la fundación de la ciudad, siempre hablo de su asiento definitivo, justo en la costa norte, junto al puerto que hoy lleva su nombre, el Puerto de La Habana, el que Sebastián de Ocampo llamó en 1508 De Carenas. Y es allí, en El Templete, pequeño templo grecorromano, que se hizo construir en 1828 por el interés especial del Obispo de Espada, donde se celebraba el aniversario, junto a la columna que ya existía y el viejo árbol – que, por cierto, no era el verdadero, era uno mas que se colocó –, y sí, hemos continuado la tradición hasta hoy.
El árbol de este año, que aspiro que sea el del 500 aniversario de La Habana dentro de casi 24 meses, es el que hemos plantado ahora, después de muchos esfuerzos: no es fácil trasladar una ceiba grande, o una palma alta, hay que hacerlo en el momento adecuado, el día adecuado. En varias fincas, varias personas se ofrecieron a brindarnos árboles que tenían aproximadamente unos 10 años, para traer una ceiba y colocarla en el lugar de la que ya había muerto.
Es verdad que esta ceiba, que está ahora, va a tener mejores condiciones que la anterior, ya que hemos llevado al Templete a su dimensión original, quiere decir, el perímetro de El Templete se ha ampliado siguiendo la huella arqueológica de lo que en un momento determinante para ampliar la Calle de Baratillo, y convertirla en una especie de plazuela frente a la Plaza de Armas, le restó importancia. Y ahora el Templete vuelve a recuperarse, en una obra muy bonita, que se viene realizando con mucha tenacidad y tesón, al mismo tiempo que en el interior del recinto del propio lugar, se restauran lo cuadro originales de Juan Bautista Vermay.
Con estos cuadros, la nueva ceiba, el Templete remozado con su jardín y su entorno, la Plaza de Armas, va a adquirir una importancia grande, como la tiene el hecho de que ya en ella está el Palacio del Segundo Cabo con su Museo interactivo, siempre suelo decir “como los vimos y como nos vieron”, refiriéndome a Europa, después de todos los viajes del descubrimiento.
Está enclavado en la Plaza también el Palacio de los Capitanes Generales, que abrirá sus puertas, después de un periodo de remozamiento y restauración, también el 15 de noviembre. Y algo muy interesante, y es que poco después de 1929 existió allí en la esquina del edificio de Prácticos del Puerto, la llamada Puerta de O´Reilly.
También, dos poderosas columnas sobre las cuales un paramento de acero mantenían en lo alto un gran escudo de La Habana, con los cuernos de la abundancia y el lema “Fidelísima ciudad de La Habana”. Hemos recuperado ese gran escudo, casi una tonelada y media de hierro forjado y fundido, y se ha levantado nuevamente las columnas. Se está preparando la verja, que originalmente permitía el ingreso a la Plaza, y va a ser como una especie de arco triunfal conmemorativo de estos acontecimientos y una restitución a La Habana de lo que una vez perdió.
Y esa es nuestra tarea, y es mi trabajo, el que continuarán futuras generaciones: el de conservar y preservar lo histórico, lo tradicional, lo vernáculo, lo que nos pertenece, lo que nos alegra la vida, lo que referimos a nuestros nietos y que, una vez, nuestros abuelos y padres, nos contaron.
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